Boletín Hoard's Dairyman en español


Recomendaciones nutricionales para combatir el estrés calórico

por Abby Bauer




En varias partes del mundo, el verano se experimenta de forma calurosa y húmeda. Sin duda, las vacas también han sentido los efectos del estrés calórico. Los productores cuentan con diversas opciones para ayudarlas a combatir el calor, aunque una combinación de estrategias es en realidad el mejor enfoque.

Durante la conferencia de Nutrición y Manejo Lechero, Phil Cardosa, de la Universidad de Illinois, abordó el tema del estrés calórico, y el papel que puede desempeñar la nutrición para mantener la productividad de las vacas en climas calurosos.

"A medida que aumenta el índice de temperatura y humedad, está claro que se producirán pérdidas de leche", dijo. Mientras que un índice de temperatura y humedad (ITH) de 72 solía ser el umbral, Cardosa señaló una investigación reciente donde se demostró que la producción de leche, y probablemente el metabolismo, de la vaca se ven afectados por un ITH de 68.

Cardosa se enfocó primero en el agua. "Uno de los nutrientes que más se descuida en los establos y que es muy importante para el estrés calórico, es el agua", dijo.

En las estaciones frías o cálidas, una mayor producción de leche requiere una mayor ingestión de agua. "Las vacas que producen más leche beben más agua", explicó Cardosa. La mayor parte del agua que ingiere una vaca -el 71%- procede del agua que bebe, dijo. "Por eso, es de vital importancia contar con agua de buena calidad para estimular a las vacas a beber", dijo.

Cardosa, a su vez, hizo alusión a los minerales que se pierden a través del sudor, señalando que una vaca con estrés calórico puede estar perdiendo más minerales que una vaca en su zona termoneutral. Además, la falta de rumia en una vaca con estrés calórico también puede conllevar a una menor producción de saliva. La saliva tiene un gran efecto amortiguador en el rumen, esta reducción es una de las razones por la que las vacas con estrés calórico son más susceptibles a padecer la acidosis.

La Universidad de Illinois estableció recomendaciones sobre algunos minerales que son clave para las raciones durante el verano, en porcentaje de materia seca: 0.40 para el magnesio, 0.40 para el sodio, y 1.20 para el potasio.

Cardosa, también recordó a la audiencia la importancia de la alimentación para lograr una diferencia de cationes-aniones (DCAD) positiva en la dieta después del parto. Dijo que una DCAD positiva de 250 a 400 miliequivalentes por 100 gramos de materia seca en la ración, es adecuada para maximizar la ingestión de alimento y la producción de leche en ambientes cálidos o fríos. Resulta especialmente útil, dijo, en condiciones de estrés calórico cuando las vacas están perdiendo bicarbonato y potasio.

Aunque la nutrición puede desempeñar un papel importante para abatir el calor, Cardosa aclara que "no existe ninguna píldora mágica dietética".

Agregó, que los ajustes de la ración pueden mejorar la capacidad de la vaca para volver a la homeostasis, o estado de equilibrio, donde se encontraba antes del estrés calórico. Sin embargo, los mecanismos de enfriamiento, como la sombra, los ventiladores y los rociadores, deben ser la principal estrategia para reducir el calor.

"No vamos a arreglar todo con la nutrición. Podemos ayudar a la vaca a volver a su estado normal o a mantenerla normal", resumió, "pero tenemos que incluir esas estrategias mecánicas también".

La autora es editora asociada Senior de Hoard’s Dairyman.


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