Boletín Hoard's Dairyman en español



El debate entre Ford o Chevrolet, y la ración para vacas lecheras

por Steve Martin




Cuando era niño, en mi familia teníamos camionetas marca Chevrolet. Todavía prefiero esa marca en lugar de Ford, pero ahora mismo ¡conduzco una Dodge Ram! Imagínense. No importa si está comprando una camioneta o ingredientes para la ración, la decisión se basa en una mezcla de gustos, economía y, en nuestra nueva realidad, disponibilidad.

La situación mundial actual podría llevar a un fanático de Chevrolet, a comprar un Ford para el 2022. Esta misma lógica, junto con la sequía del oeste canadiense, podría hacer que un establo, acostumbrado a la harina de canola, cambiara a harina de soya para la cosecha 2021-2022.

Es chistoso como las modas vienen y van.

Algunos nutricionistas podrían compartir esta misma historia de hace unos 10 o 15 años. Nos poníamos muy nerviosos cada vez que la canola estaba en mejor precio que la harina de soya. Con mucho miedo y dudas, quitábamos la harina de soya y utilizábamos canola para reducir los costos de alimentación. Con el tiempo, nuestra confianza mejoró mucho hasta el punto que muchos productores de leche prefieren canola. Tal vez hubo una mejora en la forma que los modelos de balanceo de raciones describían la canola. Recuerdo algunas “actualizaciones” al respecto en los últimos años. O quizás, solamente aprendimos cómo combinarla con los otros ingredientes que teníamos.

En mi caso, fue hace diez años en Colorado cuando un cliente llegó a los 45 Kg de leche diarios por vaca, utilizando harina de canola, no de soya. No estoy diciendo que la canola recibiera todo el crédito por la alta producción de leche, pero ciertamente era una parte importante en esa ración alta en ensilado de maíz.

Aquí no pretendo entrar en detalles sobre los aminoácidos o las tasas de degradación de la proteína en el rumen. Seguramente esos detalles son críticos. Pero una buena formulación debería permitir arreglar cualquier recorte en insumos y percibir los excesos de ingredientes. El factor inesperado en esta elección entre harina de soya y canola es el costo y disponibilidad de la fibra.

La canola tiene más fibra y un menor contenido de proteína que la harina de soya. Esto generalmente significa una tasa de inclusión más alta en la dieta. Si una ración con canola se cambia a harina de soya, una vez que se cubran los requerimientos de proteína, necesitaremos suministrar “más” de alguna otra cosa. El costo o la disponibilidad de este “más” podría ser el factor económico decisivo.

En términos generales, cuando se incluye harina de soya, se requiere una fuente de fibra procedente del forraje o un subproducto como la cascarilla de soya, para llenar ese espacio. Si los forrajes están escasos y/o caros debido a la sequía, eso puede ser un problema. Igualmente, si otros ingredientes como la cascarilla de soya, salvado de trigo o pulpa de remolacha están muy caros, el valor proteico de la harina de soya aumentará. La decisión final puede basarse incluso en algo tan simple como el espacio para almacenarlo en el establo.

Así que volvamos a la formulación para ayudar no solamente con la biología, sin también con la economía. Si usted tiene una ración que se basa, en gran parte, en ensilado de maíz y suplementación de proteína, las tasas de inclusión de harina de soya o de canola pueden ser significativas. Si la ración es alta en heno de alfalfa, esta decisión tendrá menos impacto. Al utilizar ingredientes con fibra detergente neutro digestible a las 30 horas y no digestible a las 240, podemos estar seguros de que mantenemos la fibra en orden. Opciones como aminoácidos de sobrepaso y urea, pueden solucionar cualquier problema por el lado de la proteína. El punto es que ni la preferencia por soya o canola, ni el costo por unidad de proteína, sean la única referencia para tomar la decisión. Estos valores básicos deben considerarse, pero el balanceo de la ración completa incluye más factores a tomar en cuenta.

También pueden evaluarse otras fuentes de proteína. Algunas son subproductos como el gluten o los granos de destilería. Se trata de un concierto con varios instrumentos para hacer una sinfonía. Lo cierto es que, en algunos casos, ni nuestra intuición, experiencia o sentido común encuentran la mejor solución. Solamente con un programa sólido para balanceo de raciones, conectado a un buen modelo biológico, se podrá encontrar la mejor solución tanto para la biología como la economía.

Los productores de leche y sus nutricionistas deben llegar a un balanceo que incluya experiencias pasadas y herramientas nuevas, para evaluar mejor las realidades actuales. Un respeto saludable por ambas opciones y la utilización de un buen enfoque para la formulación, nos dará las mejores raciones para 2021-2022.

El autor es fundador de DNMCmilk, una compañía que trabaja con productores de leche en varios estados del Oeste norteamericano.



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