Estaba reflexionando y preguntándome si alguna vez había escrito algo sobre el manejo del pH en la orina de las vacas próximas al parto. No creo haberlo hecho, así que… aquí va. Este tema puede ser más técnico que mi estilo editorial usual. Normalmente, mi meta es mantener las cosas en términos generales y ¡no necesitar referencias bibliográficas al final! En consecuencia, considere este intento no como un respaldo para la base científica sobre el uso de aniones para acidificar raciones, disminuir el pH en la orina y, por lo tanto, reducir el riesgo de fiebre de leche, sino más bien como una guía de “hágalo usted mismo” para su establo. Me enfocaré más en la logística y menos en la biología, aunque un poco de biología probablemente será necesario. Utilizaremos el término diferencia de aniones y cationes en la dieta (DCAD) como un apodo general para el proceso de acidificación de las dietas en el periodo antes del parto, estrategia empleada para reducir el riesgo de fiebre de leche.
Otra meta en mis artículos es ser lo suficientemente general como para no ofender a otros técnicos que ven o hacen las cosas de diferente manera. Es posible que cruce esa línea aquí, pero lo hago a sabiendas de que siempre hay maneras distintas de conseguir el éxito en los sistemas biológicos. A continuación, hablaré sobre la forma que me ha servido a mi durante más de tres décadas. A medida que escribo esto, me acuerdo de un trabajo disfrutado hace algunos años, cuando colaboré con Jesse Goff de la Universidad Estatal de Iowa para un artículo sobre esta cuestión, aunque cerca de este tema, la columna habló de forma más general sobre la transición exitosa y la única referencia a las dietas DCAD fue la pregunta sobre si las vaquillas las necesitaban.
Ayudando a la movilización del calcio
Antes de meterme en espesuras sobre las estrategias de implementación en el establo lechero, quisiera mencionar algo que encuentro interesante en la historia de la fiebre de leche, o hipocalcemia, y es la manera de controlarla en el pasado. Esto podría requerir un toque de biología. En una gran simplificación, se podría decir que la fiebre de leche sucede porque, aunque la vaca recién parida tiene reservas abundantes de calcio en los huesos, el aumento súbito de la necesidad de calcio al inicio de la lactancia, sobrepasa la capacidad del sistema de la vaca para obtener el calcio de los huesos, llevarlo a la sangre y de ahí a la leche.
Esta es la magia del enfoque DCAD. El suministro de una dieta DCAD durante unas cuantas semanas antes del parto causa una pequeña pero notable deposición de calcio en la orina. Ya que el nivel de calcio en sangre de la vaca tiene una ventana de variación muy estrecha, enseguida busca reponerse a esta pequeña pérdida de calcio. Como he mencionado anteriormente, después de que la vaca pare y comienza a producir leche, la necesidad de calcio en sangre será dramática y puede causar rápidamente fiebre de leche. Sin embargo, esta pequeña pérdida debido a la dieta DCAD durante el periodo anterior al parto, es manejada fácilmente por la vaca y le da tiempo para realizar algunos cambios hormonales y metabólicos, de modo que ajusta el sistema para obtener fácilmente todo el calcio necesario de los huesos.
Y ahora la parte histórica. Hasta donde yo sé, antes de descubrir las posibilidades de una dieta DCAD, había dos formas de manejar la fiebre de leche. Primero, hacían que la vaca consumiera raciones muy bajas en calcio durante el periodo seco, provocando el comienzo del proceso de movilización de calcio de los huesos antes del parto. Eso podría ser eficaz, sin embargo, las dietas bajas en calcio probablemente no son buenas para la vaca y la eficiencia en general es cuestionable. Recuerdo el dicho “no fiebre de leche, no leche”, queriendo decir que, si los productores empleaban el enfoque mencionado, las vacas no tendrían una buena producción después del parto. En consecuencia, se aceptaba que hubiera algunos casos de fiebre de leche.
Volviendo atrás un par de generaciones, encontré un enfoque todavía más interesante para manejar la fiebre de leche. Aprendí esto leyendo los libros de James Herriot en la serie All Creatures Great and Small, con la documentación de la práctica veterinaria en Inglaterra durante la década de los 30. Recomiendo ampliamente las series de televisión que se han hecho a partir de estos libros. No solamente se aprende sobre los principios de las pruebas de brucelosis y tuberculosis, así como acerca de la introducción de antibióticos para animales de producción de alimentos, también habla sobre los primeros intentos de tratar, no controlar, la fiebre de leche. Esto suena loco, pero los veterinarios dependían de una bomba de aire para llantas de bicicleta. El enfoque era disminuir la producción de leche mientras la vaca ajustaba su metabolismo de calcio. Para conseguir esto, el veterinario insertaba la punta de la bomba de aire en el pezón y literalmente le inyectaba aire para suprimir el flujo de leche durante unos cuantos días.
Un enfoque más moderno
A medida que revisamos el pH en la orina, enviamos muestras al laboratorio y equilibramos nuestros suplementos DCAD en este 2024, deberíamos dar gracias de que ¡no necesitamos más bombas de aire! A continuación, enumero unas cuantas ideas para la actualidad.
1. Revise el pH en la orina por lo menos cada semana.
2. Tenga cuidado de no aumentar o disminuir muy rápido o irse a los extremos con el producto DCAD, para conseguir el pH urinario deseado. Dele unos cuantos días, o tal vez dos revisiones seguidas antes de reaccionar.
3. Trabaje con su nutricionista, distribuidor de producto DCAD y veterinario, para establecer sus metas en cuanto al pH en la orina.
4. Considere emplear un medidor de pH en lugar del papel para medir pH. Asegúrese de que el rango es adecuado. Cuando veo resultados que tienen varias veces un valor de 5.5, me aseguro de que 5.5 no sea el número más bajo en el rango detectado por ese papel para medir pH. Intente revisar el pH de la orina en el mismo momento del día, y no lo haga en vacas que acaban de pasar al corral de próximas. Igualmente, debe evitar realizar las pruebas en las vacas que estén a pocos días del parto.
5. Envíe muestras de la ración de vacas próximas al parto al laboratorio para hacer química húmeda de macrominerales.
6. Si está disponible, suministre tanto ensilado de maíz como sea posible. La variabilidad del potasio y, por lo tanto, los cambios en la DCAD son menos en el ensilado de maíz procedente de un silo, en comparación con las bolsas o el heno seco. La alfalfa, en particular, puede variar mucho en sus niveles de potasio, de modo que requiere valoración constante y cambios en los requerimientos de DCAD. Cuando sea necesario suministrar heno de pasto o alfalfa en grandes cantidades, recomiendo ampliamente probar los lotes y separar los que tengan los niveles más bajos de potasio.
7. No es poco común para mí recibir preguntas sobre recortes en productos DCAD. En esos casos, parece no haber mucho problema si se dejan de suministrar uno o incluso dos días. Sin embargo, el tercer día sí es un problema. Asegúrese de utilizar temporalmente algo parecido al suministro de minerales de las vacas al inicio del periodo seco o de las vaquillas, si los productos DCAD están combinados con vitaminas, minerales y aditivos, además, reemplace la ingestión según sea necesario con proteína o subproductos.
8. Finalmente, aquí hay dos últimas ideas no técnicas que pueden ayudar con este trabajo. La primera es involucrar a los pastureros en el análisis de pH en la orina. Esto puede sonar raro, pero si piensa en los riesgos en el proceso, la logística de la alimentación es una preocupación real. ¿Cómo sabe si los pastureros colocaron la bolsa correcta o incluso la cantidad correcta de estos ingredientes de menor inclusión? Cuando emplee un producto embolsado, puede colocar una púa soldada a un disco y hacer que los pastureros coloquen las bolsas vacías ahí todos los días para demostrar que las utilizaron. Hacer esto o llevar un registro cuidadoso del inventario de los ingredientes DCAD, vale la pena.
Algunos dicen que la ración para vacas próximas al parto es la más importante en un establo lechero. Tal vez sea verdad. Es difícil reponerse de un mal comienzo en la lactancia, y las vacas en transición tienen riesgos que deben manejarse cuidadosamente. Enviar muestras al laboratorio, revisar el pH en la orina, ajustar las dietas, separar lotes de heno y otras tareas inconvenientes son realmente necesarias para que esta parte del establo se desenvuelva mejor. La creación de un equipo donde participen todos, desde el veterinario y nutricionista hasta los encargados de las vacas en transición e incluso los pastureros ¡mejorará mucho sus posibilidades de éxito!
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