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Este otoño, enfóquese en la alfalfa

por Jenna Byrne, Editora asociada de Hoard’s Dairyman


Ya solamente queda un mes de verano, es el momento de empezar a pensar en la temporada de cosecha, que está a la vuelta de la esquina. Antes de darnos cuenta, los agricultores estarán en los campos, con la esperanza de tener una temporada fluida y exitosa. En un artículo reciente del boletín Buckeye Dairy News, John Yost de la Universidad Estatal de Ohio, señaló algunas prácticas de manejo agronómico, enfocadas en la fertilidad del suelo. Hacer las cosas correctamente durante el otoño, le ahorrará tiempo y dinero en la primavera.

Una de las partes más importantes en el manejo de la alfalfa es la fertilidad del suelo. El primer paso para mantener la calidad es realizar análisis de suelo. Es necesario tomar un mínimo de 15 muestras testigo por cada 10 hectáreas. Cuando haga el muestreo, reúna un conjunto grande de muestras para conseguir mayor precisión en su programa de fertilidad. Si está buscando más información sobre nutrientes específicos, se requiere un testigo de 20.32 cm de profundidad. Si necesita el pH del suelo, entonces necesitará 10.16 cm. Para aumentar la exactitud, considere utilizar tecnologías GPS para registrar las ubicaciones de muestreo. “Por cada tonelada de alfalfa cosechada, está retirando aproximadamente 6 kg de pentóxido de fósforo y 27 kg de potasa”, escribe Yost. Los análisis de suelo presentan el potasio en un rango de 30 a 50 partes por millón (ppm) y el fósforo de 120 a 170 ppm.

La siembra de alfalfa en el otoño no es poco común, pero solamente tendrá éxito si revisa los niveles de nutrientes y pH del suelo. Por ejemplo, si el pH está por debajo de 6.5, podría considerar añadir cal y sembrar en primavera, en lugar de otoño. Dependiendo de la clase de suelo y el método de siembra, la tasa de siembra debe estar dentro de un rango de 11.25 kg a 22.5 kg por hectárea. Si se prepara la cama de semilla, se puede reducir a 11.25 kg a 17 kg por hectárea. Ajuste la profundidad a 0.6 o 0.3 cm. Si emplea el método sin arado, debe ajustar la máquina para no rebasar esos valores.

Cualquiera que siembre, sabe de primera mano que la maleza es muy molesta y puede volverse un problema más grande, si no se atiende rápidamente. La maleza más dañina es la que emerge junto con la cosecha. La siembra en otoño le ofrece menos presión de maleza, debido a la disminución de temperaturas. “Su meta debería ser estar libre de maleza durante los primeros 60 días después de la siembra. Si utilizará el método sin arado, es importante controlar la vegetación existente antes de la siembra”, escribió el experto. Generalmente, ocho semanas antes de las primeras heladas es cuando la siembra debe cubrirse, con el corte final unas seis semanas antes de la primera helada.

Es importante terminar la temporada de crecimiento con una planta lo suficientemente grande como para proteger la corona durante la temporada de bajas temperaturas y que también permita a la planta tener las reservas energéticas suficientes para crecer rápidamente en primavera. Ponga atención a sus prácticas de manejo durante el otoño, así tendrá una preocupación menos durante la primavera.


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