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Las pérdidas embrionarias pueden reducirse

por Katelyn Allen


La reproducción en ganado lechero ha avanzado mucho en décadas recientes. Frecuentemente, los hatos alcanzan tasas de preñez mucho mejores que las generaciones previas. La detección de estro y las estrategias de inseminación son mucho más sofisticadas. El semen sexado y de carne, ha permitido a los productores generar becerros más valiosos.

Aun así, muchos establos todavía están enfrentando niveles indeseables de pérdidas embrionarias.

De acuerdo con Peter Hansen, profesor de la Universidad de Florida, se han realizado progresos, pero todavía hay oportunidades de mejorar, y él cree que la industria tiene las herramientas para hacerlo, explicó durante la reunión anual del Consejo de Reproducción de Ganado Lechero.

Hansen señaló primero la selección genética, dijo que muchos avances se han debido a cambios en el manejo, como la formulación de las raciones y el confort de las vacas. La tasa de preñez de las hijas (TPH) ha mejorado en la población de vacas lecheras desde el año 2000, cuando se encontraba en una declinación continua, a medida que se seleccionaba a las vacas por producción de leche.

Sin embargo, Hansen dijo que esto ha ocurrido en su mayor parte sin aumentar el mérito genético para la TPH, y todavía se puede crecer. Es decir, ya se detuvo la declinación que se observaba desde la década de los sesenta, pero no la hemos revertido. Está estancada.

Aunque las características de fertilidad tienen baja heredabilidad, eso no significa que no se pueda seleccionar de acuerdo a ellas. Las investigaciones han demostrado diferencias claras en el desempeño reproductivo entre animales con una TPH alta y baja. “La tasa de preñez y los días abiertos son mejores en los animales con una TPH alta”, dijo el especialista, de acuerdo con un estudio realizado en su laboratorio. “Las herramientas están ahí, para seleccionar vacas más fértiles”, añadió y describió cómo se pueden evitar las pérdidas embrionarias.

Además de la selección genética, el profesor reconoció que existe todavía mucha investigación por realizar y que explique cómo y por qué ocurren las pérdidas embrionarias. El conocimiento actual es muy escaso y poder encontrar algunas respuestas clave será crucial para cambiar la perspectiva acerca de este problema.

Un folículo que ovula hoy empezó a crecer hace casi tres meses. En ese periodo, la vaca puede sufrir varios episodios de estrés que afectarán cómo se desenvuelve el oocito en el sistema reproductivo, incluyendo la supervivencia después de la fertilización. La involución uterina después del parto afecta la tasa de preñez en la lactancia siguiente, al igual que el ambiente del oviducto de la vaca.

También explicó que se han identificado algunos genes como marcadores de fertilidad alta. A menudo, se manifiestan dónde empieza el desarrollo embrionario confiable y entonces el ambiente del tracto reproductivo participa. Algunas investigaciones sugieren que la mayoría de los embriones puede sobrevivir, pero el problema aparece en las vacas que no están preparadas para mantener una preñez.

Todavía hay muchas preguntas sobre las pérdidas embrionarias, encontrar las respuestas significará una gran diferencia para que los productores de leche puedan mantener a sus vacas ciclando. Por ahora, las herramientas de selección genética, la buena salud de la vaca y el ambiente con estrés bajo, son las mejores formas de promover una preñez saludable.

La autora es editora asociada de Hoard’s Dairyman


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