En la octava edición de Nutrient Requirements of Dairy Cattle, la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NASEM, por sus siglas en inglés) se enfocó más en la fibra detergente neutro (FDN) procedente del forraje que en la FDN total, para balancear raciones de vacas lecheras en producción. Específicamente NASEM recomienda incluir por lo menos entre 15% y 19% de FDN procedente del forraje en las dietas, aunque no hace distinción en referencia a la calidad de la FDN. Conceptualmente, eso significa que puede incluirse cualquier forraje, independientemente de su calidad.
Imaginemos una ración formulada para contener 30% de ensilado de maíz con un 38% de FDN y una inclusión desconocida de heno de alfalfa conteniendo 40% de FDN. Si la meta es balancear una ración que contenga un 19% de FDN procedente del forraje, entonces la ración debería incluir un 19% de heno de alfalfa. Matemáticamente esto funcionaría como 30 x 38% FDN + 19 x 40% FDN = 19% FDN.
Por otra parte, imaginemos una ración formulada para contener 30% de ensilado de maíz con un 38% de FDN y una inclusión desconocida de heno de pasto conteniendo un 63% de FDN. Si mantenemos la meta de 19% de FDN procedente del forraje, entonces la ración debería incluir un 12% de heno de pasto (30 x 38% FDN + 12 x 63% FDN = 19% FDN). En ambos casos, hemos conseguido la misma meta con dos forrajes distintos. Sin embargo, la parte que falta en este análisis es la calidad de la fibra ¿verdad? Entonces ¿cómo tomar en cuenta la calidad de la fibra para seguir estas recomendaciones?
Por ejemplo, en un estudio de la Universidad Estatal de Michigan, se alimentó a vacas lecheras en producción con dietas conteniendo ensilado de alfalfa o de pasto Orchard, como la única fuente forrajera de las dietas. El ensilado de alfalfa contenía 42.3% de FDN (54.5% no degradable) mientras que el ensilado de pasto Orchard contenía 58.2% de FDN (27.7% no degradable). Mientras que una ración incluyó casi un 60% de ensilado de alfalfa en base a materia seca, y la de pasto cerca del 43%, ambas raciones contenían 25% de FDN procedente del forraje. Intuitivamente, uno pensaría que la dieta de pasto Orchard era mejor, con base en el menor contenido de FDN no degradable. Sin embargo, entre ambas dietas, no hubo diferencias en producción de leche e ingestión, tanto de materia seca como de FDN. Estos resultados confirman que todavía nos queda mucho por aprender sobre la composición de la fibra y su metabolismo.
En un estudio reciente de nuestro laboratorio, se observó que las vacas consumiendo dietas a base de heno de alfalfa, tenían una mayor velocidad de paso ruminal y un menor tiempo promedio de retención de FDN no degradable, en comparación con vacas consumiendo dietas a base de heno de pasto Orchard. Además, eso ocurrió a pesar de la mayor concentración de FDN no degradable en la dieta a base de alfalfa. Esos resultados coinciden en gran medida con el estudio de la Universidad de Michigan.
En general, estos hallazgos sugieren que la forma en que la cinética de la digestión ruminal y el paso de la fibra por el rumen influyen sobre la utilización de la FDN, va más allá de la concentración de FDN no degradable o de la calidad del forraje. Evidentemente, todavía hay mucho por explorar en el mundo de la calidad del forraje y la utilización de la fibra.
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