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Es posible entrenar el temperamento de las vaquillas primerizas

por Maggie Gilles, propietaria de un establo lechero en Kansas


Pasar de vaquilla a vaca en producción, es un cambio muy grande para los animales. Además del estrés producido por el parto y el comienzo de la lactancia, están todas las rutinas que deben aprender como nuevos miembros del hato en producción. Es decir, saber entrar a la sala de ordeño y acomodarse en corral de recién paridas.

Está bien documentado que las vaquillas de primer parto requieren atención y tiempo extra, particularmente en la sala de ordeño, porque deben aprender a entrar y salir, además de quedarse quietas durante la preparación de la ubre. Un compendio de investigaciones, publicado recientemente en el boletín del Instituto Miner, indicó que el entrenamiento de estas vaquillas antes del parto, reduce su nivel de estrés en las primeras semanas después del parto.

En un estudio realizado en el Instituto Indio de Investigación Veterinaria, masajearon la ubre de las vaquillas antes del parto. Después del parto, la bajada de la leche ocurrió en promedio 20 segundos más rápido y se observó un mayor flujo de leche, en comparación con el grupo que no recibió masaje. También, orinaron y defecaron menos veces en la sala de ordeño durante los primeros 16 días en leche.

Alexandria Bartlett del Instituto Miner, describió otro estudio de la Universidad de Newcastle, donde los investigadores cepillaron a las vaquillas durante cinco minutos una vez por semana durante 6, 13, 31 o 49 semanas antes del parto. Todas las vaquillas fueron cepilladas sin sujeción y, si se resistían, el investigador simplemente se paraba en un extremo de la zona de fuga.

Aunque estas vaquillas no habían sido entrenadas para entrar a la sala de ordeño, mostraron un mejor comportamiento después del parto, en comparación con las vaquillas no cepilladas. De forma similar al estudio del Instituto Indio, las vaquillas que tuvieron algún tipo de interacción antes del parto, tuvieron una bajada de leche más rápida y mejor comportamiento en la sala de ordeño durante las cuatro primeras semanas después del parto.

“Creo que esta información puede servir como un buen recordatorio de que la forma de manejar a nuestras vaquillas afecta su comportamiento y bienestar”, explicó Bartlett.

Aunque los establos no tengan tiempo de cepillar a todas las vaquillas, podría ser bueno establecer algún tipo de protocolo de entrenamiento, incluso puede ser solamente llevarlas a la sala de ordeño para que la conozcan antes del parto. Recuerde, estos animales experimentarán muchos cambios a la vez, es recomendable intentar disminuir su carga de estrés.


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