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Tres consideraciones para controlar los ingredientes caros de la ración

por Katelyn Allen


De acuerdo con Steve Martin, la formulación de raciones es el momento en que el nutricionista se convierte en el niñero de la economía y la biología del establo. El especialista debe encontrar la mejor forma de cuidar el alimento y sus costos, para que se transformen en leche generadora de utilidades.

Cuando los costos se elevan, es el momento más importante para vigilar dicho proceso, porque cada compra se vuelve más cara que la anterior. En su negocio de consultoría, Martin trabaja con productores del oeste y sudoeste de Estados Unidos, y ha observado que los precios actuales para ciertos ingredientes, como la harina de soya y el ensilado de maíz, están incluso más altos que sus versiones orgánicas.

En esta situación, cualquier buena idea sobre cómo alimentar mejor a las vacas es importante. Compartió tres tácticas que él utiliza y animó a los productores a reevaluarlas, comenzando por las mermas. “Actualmente, las mermas cuestan mucho más que antes”, dijo. Este podría ser un buen momento para limpiar las áreas de manejo de alimento y evaluar cuánto está perdiendo en la mezcla, almacenamiento o suministro de la ración.

Otra área que Martin recomienda someter a escrutinio es la ración de vaquillas. “¿Está dejando que sus vaquillas le digan cuánto quieren comer y simplemente satisfaciendo su apetito para verlas crecer hermosas?”, preguntó. “¿O podríamos ser más reflexivos al respecto y evaluarlas de acuerdo a nuestros objetivos?”

Si no está proporcionando raciones de acuerdo a grupos específicos de vaquillas, tiene muchas oportunidades para reducir costos, y la mayoría de los nutricionistas tienen experiencia balanceando esta clase de raciones, dijo Martin. Añadió que hay muchas maneras de formular una ración de vaquillas, y al igual que con las vacas, debemos pensar en suministrar nutrientes, no necesariamente ingredientes específicos.

En este sentido, también sería bueno examinar el tamaño de su hato de vaquillas. “¿Para qué estamos alimentando animales que no vamos a ordeñar?”, preguntó Martin.

Finalmente, aconsejó monitorear el nitrógeno de urea en leche (NUL) para asegurarse de que el nitrógeno está siendo suministrado eficientemente. Las metas para ese valor variarán entre clientes y nutricionistas, pero recordó que tener proteína de alto valor, desperdiciada en el NUL, no es una buena decisión desde el punto de vista económico.

Al final, se trata solamente de ser todavía mejores en lo que ya somos bastante buenos, para formular raciones en un ambiente de costos altos de alimento, dijo Martin. Eso significa recolectar más muestras, suministrar nutrientes en lugar de ingredientes, y trabajar para maximizar los ingresos menos costos de alimentación.

Usted puede escuchar la conferencia en línea en inglés en https://bit.ly/3MMBy0N

La autora es editora asociada de Hoard’s Dairyman


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