Últimamente, no se puede pasar mucho tiempo leyendo publicaciones de las redes sociales de lácteos sin darse cuenta de que el precio de la mantequilla está bastante alto. Este parece ser un buen momento, aunque de todas formas la mantequilla tiende a subir en el otoño. Pero ¿cómo podemos aprovechar todavía más este aumento estacional y poner unos cuantos dólares adicionales en nuestro bolsillo? No siempre tenemos la oportunidad de aprovechar una tendencia natural para volverla todavía más impactante. Al parecer, casi siempre estamos trabajando contra la corriente. Pero, en este momento, la naturaleza no está contra nosotros. ¡Perfecto!
Un estudiante de ciencia lechera de segundo año o cualquier productor que invierta tiempo leyendo revistas lecheras, podría hacer rápidamente una lista de algunos detalles que se pueden tomar en cuenta para maximizar la grasa de la leche. Entre estas tácticas están el uso de amortiguadores de pH ruminal, aumento del porcentaje de forraje en la dieta, monitoreo de los niveles de almidón y otros. Pero ¿cuáles serían los enfoques todavía más detallados que pueden ayudarnos a alcanzar niveles más altos y dar los pasos iniciales de forma todavía más eficiente? Hablemos de algunos.
Dele un vistazo a la fibra y al almidón
Primero, no se debe tomar solamente en cuenta el porcentaje de forraje y el contenido de almidón. Si bien estos dos ingredientes tienden a mostrar una relación inversa, ese no siempre es el caso. Si estamos hablando de ensilado de maíz, realmente se trata tan sólo de un 50% del forraje. Así que un 60% de la ración forrajera podría todavía ser un problema para obtener un buen nivel de grasa, si es que ya está bendecido con un ensilado de maíz con un 40% de almidón. En lugar de pensar en el porcentaje de forraje en la dieta o en la proporción forraje: concentrado, podemos enfocarnos en otros nutrientes. Me gusta tomar la fibra detergente neutro no digestible a las 240 horas (FDNnd240) como un requerimiento mínimo para asegurar que hay estructura suficiente en la dieta para mantener el rumen en buena forma. Tener muy poca cantidad de esta fibra no digestible puede provocar ingestiones altas, conversión alimenticia deficiente y un contenido de grasa en la leche realmente decepcionante. Piense en esta fibra como las varillas que sostienen la estructura del rumen, si lo comparamos con una pared de concreto.
La siguiente clase de fibra es la que realmente elabora la grasa que queremos. Esta fibra se fermenta en el rumen para crear los “bloques de construcción” que se convierten en grasa. Por lo tanto, necesitamos tantos de estos bloques como sea posible. Los nutrientes en su análisis de forraje que podrían describir esta fibra, son los distintos puntos de digestibilidad de la fibra detergente neutro (FDN). Podrían reflejarse como dFDN12, dFDN24, o dFDN30. También se pueden calcular otros intervalos.
Este nutriente no solamente es importante en el análisis de forraje, sino también en el balanceo de la ración. Estas fibras digestibles no tienen que venir de fuentes forrajeras. Pueden proceder de subproductos como la cascarilla de soya, de almendra o el gluten de maíz. No hay excusa para que una ración no tenga un suministro adecuado de esta clase de fibra. Si usted no cultiva o compra heno o ensilado, siempre puede obtenerla de varios subproductos. Cada modelo nutricional tiene un término para ellos, y cubrir los requerimientos es crítico para la grasa de la leche. Las raciones altas en almidón pueden tener el riesgo de ser incorrectas en ese aspecto, así que tenga cuidado de poner un límite en el almidón.
El almidón es engañoso porque tiene un papel clave en el suministro general de energía para conseguir producción de leche, mantenimiento y reproducción. Cuando queremos altos niveles de almidón para obtener una alta producción de leche, pero estamos haciendo un buen trabajo, asegurándonos de dar a las vacas forraje verdadero, podríamos estar excluyendo la fibra altamente digestible. Un poco de moderación con el almidón para hacer espacio a la fibra altamente digestible puede respaldar altos volúmenes de producción de leche sin afectar la síntesis de grasa. Vigilar la consistencia del estiércol puede servir como una guía útil en este tema. No olvide que el azúcar en el rumen actúa de forma similar al almidón.
Un efecto de la manipulación de la dieta podría explicar esto mejor. Digamos que tiene una ración muy alta en almidón que está produciendo bien la leche, pero los resultados en cuanto a grasa son un poco decepcionantes. Si tiene una dieta que le da valores lindos en la Caja Separadora de Partículas de la Universidad Estatal de Pensilvania y el estiércol es perfecto ¿cuál sería su respuesta para un bajo nivel de grasa? Si decide que el problema es el almidón alto, con base en el estiércol y los resultados en las mallas de la Caja, añadir heno o paja podría no ser la mejor respuesta. Esta ración parece no requerir más forraje, pero en cambio, necesita menos almidón y más fibra digestible. Tan sólo con sustituir algunos granos de maíz con cascarilla de soya, podría alcanzar su objetivo. La fibra altamente digestible de las cascarillas producirá los bloques de construcción correctos para fabricar más grasa.
Reflexiones sobre la grasa
El segundo tema también se relaciona con el almidón. Pero el enfoque aquí no es la fibra, forraje, almidón o azúcares, sino el equilibrio de ácidos grasos. Generalmente se sabe que un nivel alto de grasas vegetales puede perjudicar la síntesis de grasa de la leche. Los detalles aquí son muy complicados y podrían requerir consultar los libros de texto de bioquímica. Es suficiente con decir que esta clase de aceite vegetal es un problema para el rumen y tiene un impacto negativo significativo sobre el proceso fermentativo que crea los bloques de construcción de la grasa. Los términos aquí son un poco confusos y parece que se intercambian para que todo mundo se confunda aún más. Así que si escucha cosas como ácidos grasos 18:2, ácido linoleico, grasas insaturadas o simplemente grasas vegetales, le basta con saber que prácticamente están describiendo lo mismo. Estas grasas son un problema para el rumen. Los datos sugieren que existe una relación lineal entre el incremento de estas grasas en la ración y la reducción en el porcentaje y producción de grasa de la leche. Esta ciencia es inequívoca. En otras palabras, podríamos firmar dando fe de ella, y es especialmente importante con los precios actuales de la mantequilla.
La preocupación inmediata en este caso en particular son los granos de destilería. Sin embargo, hay otros ingredientes comunes que tienen casi los mismos niveles problemáticos de grasa encontrados en los granos de destilería. Parece ser que los granos secos de destilería están tendiendo a una baja en su contenido de grasa, eso es algo bueno. He tenido resultados de entre el 7% y 8%, comparado con el 10% esperado anteriormente. Los granos húmedos de destilería podrían ser más altos y debido a esta variabilidad, debe hacerse análisis de laboratorio para estos productos. Si sólo nos enfocamos en los granos de destilería, podríamos estar pasando por alto otros ingredientes como granos de cervecería, masa de maíz e incluso algunos subproductos del procesado de harina de soya, que son casi tan altos como los granos de destilería en su contenido de grasas. Este hecho puede no ser tan fácil, porque no todas las grasas insaturadas se comportan en el rumen de la misma forma, pero siempre debe tenerse cuidado con ellas.
El tercer tema también está relacionado con la grasa en la dieta. si bien los ácidos grasos 18:2 pueden perjudicar la grasa de la leche, otras grasas altas en ácido palmítico (16:0) pueden realmente aumentar la grasa de la leche. Elevar el contenido de ácidos grasos 16:0 elevará el porcentaje y producción de grasa de la leche. Sin embargo, recuerde, los átomos de carbono contenidos en las distintas clases de grasa solamente se pueden utilizar una vez. Si actualmente está suministrando sales de calcio con buenos niveles de 16:0 y cambia a una fuente alta en aceite de palma (16:0) tendrá grasa en la leche, pero las vacas perderán condición corporal. Las sales de calcio tienen una combinación de ácidos grasos que puede respaldar leche, condición corporal y grasa de la leche. Tenga cuidado de mantener ácidos grasos para leche y peso corporal, mientras añade ácidos 16:0 para respaldar la grasa de la leche, esa estrategia le ofrecerá lo mejor de los dos mundos. Hay varias opciones con productos comerciales e incluso directamente el sebo de res, para equilibrar mejor los ácidos grasos, de manera que encajen en un hato en particular y en una estación del año.
A medida que combinamos estos tres temas para conseguir una ración bien balanceada, podemos utilizar el análisis de ácidos grasos en leche para ver si lo estamos haciendo bien. A menudo, a ese proceso se le llama análisis “de novo”. Es un buen nombre ya que la meta principal aquí es elevar los ácidos grasos de novo que tienen su origen en la fibra digestible discutida anteriormente. Recuerde, los forrajes digestibles o subproductos como la cascarilla de soya pueden fabricar grasa. La realización de un análisis de ácidos grasos de la leche en cada corral es el estándar de oro para aprovechar esa nueva herramienta al máximo. Los números del tanque pueden ser útiles, pero ya que las vacas en distintas etapas de lactancia tienen algunas diferencias, con base principalmente en la pérdida o ganancia de peso, las interpretaciones de los resultados del tanque pueden ser engañosas. Aun así, baste con decir que, si tiene un hato de vacas altas productoras, entre más altos sean los ácidos grasos de novo, mejor están sus vacas convirtiendo la fibra forrajera y de los subproductos en grasa de la leche. Manténgase al tanto de nuevas ideas sobre cómo utilizar mejor estos resultados de análisis de ácidos grasos en leche. Algunas plantas procesadoras ahora están reportando estos valores en cada tanque de leche, al igual que grasa, proteína y células somáticas. Podemos alimentar mejor a las vacas poniendo más atención a estos valores.
Una última nota está relacionada con aspectos del establo y no con el laboratorio o la computadora. Factores como el confort de las vacas, espacio en el comedero, número de veces que se empuja la comida en el comedero, cantidad de comidas al día, monitoreo de los resultados de la Caja Separadora, enfriamiento de las vacas, salud de pezuñas, aglomeración y más, pueden tener impacto sobre la síntesis de ácidos grasos de novo. Casi todas las mejores prácticas de manejo para cuidar bien a las vacas, aumentarán los ácidos grasos de novo, el porcentaje de grasa en la leche y sus ingresos.
El autor es fundador de DNMCmilk, una compañía que trabaja con productores de leche y criadores de vaquillas, en varias regiones de Estados Unidos y el mundo.
Para más consejos sobre cómo mejorar la grasa de la leche, puedes escuchar en español el resumen del artículo ¿Qué está frenando mi ración y mis vacas? de Rick Grant, presidente del Instituto Miner aquí: https://open.spotify.com
PARA TENER LA INFORMACIÓN MÁS ACTUALIZADA, SUSCRIBETE A NUESTRO BOLETÍN, ES GRATIS