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¿Pasó de moda el término “proteína de sobrepaso”?

por Steve Martin


Una búsqueda rápida por internet me mostró que el término proteína de sobrepaso ruminal se utilizó por primera vez en 1980. Aunque podría no ser la descripción técnica perfecta, ciertamente se ha mantenido por varias décadas. También, desde mi punto de vista, todavía es un término útil para describir la parte de proteína en el alimento que no se ve afectada por el proceso microbiano del rumen. Como sucede con la mayoría de las cosas, el tema es más complicado cuando se mira más de cerca.

Entonces ¿por qué rechazar este término por largo tiempo utilizado? En primer lugar, hay personas a quienes simplemente les gusta llevar la contraria. En segundo lugar, la proteína realmente no “sobrepasa” el rumen. En lugar de eso, sobrepasa la actividad en el rumen.

Es necesario mencionar por qué todo esto tiene alguna importancia. La belleza del rumen está en que utiliza el proceso de fermentación para tomar energía de la fibra, creando proteína microbiana para cubrir los requerimientos de aminoácidos (AA) de las vacas. Eso permite que varias proteínas sean convertidas en proteína microbiana de alta calidad. En las vacas altas productoras, el suministro microbiano podría no ser suficiente para cubrir los requerimientos de nutrientes. Por lo tanto, se han desarrollado métodos para obtener un suministro clave de AA que pasen a través del rumen y sean digeridos en el intestino delgado. Cuando la fuente de AA en el alimento permanece intacta y llega al intestino delgado junto con la proteína microbiana, las enzimas propias de los mamíferos digieren esos nutrientes, del mismo modo que sucede en los cerdos, perros o humanos.

Para tener un marco teórico, revisemos algunos términos. La química básica de la proteína en el alimento no ha cambiado mucho durante más de 100 años. La proteína cruda (PC) aún es la forma en que se venden la mayoría de los productos alimenticios y forrajeros. El término “cruda” pretende transmitir la idea de que no se trata de una medida exacta. El método Kjeldal para determinar el contenido de nitrógeno en varios materiales ¡se publicó desde 1883! Dicho proceso mide la cantidad de nitrógeno y cuando el valor obtenido se multiplica por 6.25, el resultado es el contenido de proteína cruda. La proteína metabolizable es una predicción de nutrientes más detallada y se calcula para determinar cuánta proteína, proveniente tanto del alimento como de la síntesis microbiana, llegará al intestino delgado.

Si sobrepaso no es la palabra correcta entonces ¿cuál es la mejor descripción? Existen dos opciones para describir estos nutrientes, que han ganado mayor aceptación en la academia y en la industria. Se trata de la proteína no degradable en el rumen (PND [o RUP, en inglés]) y proteína degradable en el rumen (PDR [o RDP, en inglés]). Por lo tanto, el término preferido y técnicamente más correcto sería “no degradable en el rumen”, en lugar de sobrepaso. Aunque es poco práctico, es más descriptivo. Otro término que se utiliza es “protegida”. “Proteína protegida” pudiera ser una buena opción. La descripción “protegido contra la degradación ruminal” generalmente se utiliza para aminoácidos que no están disponibles para la actividad ruminal, obtenidos a partir de métodos diversos.

Tomar en cuenta la disponibilidad

Cuando se formulan raciones, necesitamos mucha más información que solamente la PC. Entre los detalles más importantes está la forma en que la proteína será asimilada por los microbios en el rumen, junto con el contenido de AA propio de la proteína. Con esa información básica podemos comenzar a construir una ración lechera moderna. Tal vez, seguiremos utilizando el término sobrepaso, pero este adjetivo se queda corto para los sistemas actuales de formulación de raciones. La mayoría de los ingredientes tienen un perfil de aminoácidos bien establecido. Lo que se debe vigilar son las distintas técnicas de procesado que permiten la disponibilidad de la proteína para los microbios ruminales.

Es necesario mencionar que algunos de los factores que protegen la proteína de los microbios ruminales, también podrían protegerla de la degradación de las enzimas en el intestino delgado. Por supuesto, eso sería un desperdicio de proteína, porque no se convertiría en leche o en carne. Existe un término menos común pero útil, empleado para describir este riesgo. El término es dPND (o dRUP) y es una medida del porcentaje de proteína que no se degrada en el rumen, pero sí es digestible en el intestino delgado. Cuando se compran productos en la categoría de sobrepaso, es muy importante conocer el valor de dPND.

A menudo, me encuentro con proveedores de productos nuevos que caen en esa categoría. Muchos de ellos son mejoras o versiones distintas de los granos de destilería. Igualmente, las harinas de semillas oleaginosas se venden comúnmente como proteína de sobrepaso, gracias a varias técnicas de protección ruminal. Otros productos se consideran protegidos porque se cuecen, haciendo la proteína menos activa en el rumen.

Cuando me presentan un producto nuevo como estos, me gusta preguntar a los representantes de la compañía si han realizado el análisis proteico de pasos múltiples (MSPE) para ingredientes, utilizando el método ROSS. Voy a requerir esta información para ingresar la dinámica ruminal correcta en el modelo de balanceo de raciones. Dicho análisis utiliza fluido ruminal in vitro durante 16 horas para determinar los valores correctos necesarios para el modelo de balanceo de raciones. Este proceso es un paso adicional para calcular la digestibilidad esperada en el intestino delgado. Utilizar esta información, junto con el contenido de aminoácidos en la lista de ingredientes, puedo ver cómo se ajustarán en la ración. Sin el MSPE, es difícil evaluar un producto que pretende ofrecerse como proteína de sobrepaso.

Para mí está bien utilizar el término proteína de sobrepaso para denominar un conjunto de todos estos valores. Llámenme anticuado. Deberíamos estar haciendo más análisis MSPE para muchos de los productos que utilizamos. La mayoría tienen valores importantes, gracias al proceso de calentamiento. Pero ¿qué tan a menudo revisamos la dinámica ruminal real en nuestros ingredientes? A medida que nos volvemos mejores alimentando a las vacas, en tiempos de márgenes reducidos de utilidad, podemos y debemos asegurarnos de que estamos aprovechando al máximo las ventajas de la proteína de sobrepaso y otros subproductos, así como revisar la proteína no degradable que sí se absorbe en el intestino delgado, junto con los aminoácidos protegidos contra la degradación ruminal.

El autor es fundador de DNMCmilk, una compañía que trabaja con productores de leche y criadores de vaquillas, en varias regiones de Estados Unidos y el mundo.


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