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Elaborando un plan para atender la deshidratación

por Simon Peek, D.V.M. Facultad de Veterinaria, Universidad de Wisconsin.


Cuando tratamos a una vaca realmente enferma de mastitis o metritis, suministramos dos botellas de solución salina hipertónica. Si la vaca no bebe un gran volumen de agua inmediatamente, también bombeamos al rumen 40 litros de agua. Otro establo en nuestra área, también bombea al rumen el mismo volumen, pero de electrolitos, y no ofrecen la solución hipertónica. ¿Eso es mejor?

Wisconsin P.F.

Existen muchos enfoques distintos para el tratamiento de vacas enfermas y deshidratadas en el corral de recién paridas, y usted está mencionando dos variantes para la terapia con fluidos orales que son bastantes comunes. Es importante decir que ambos enfoques son correctos y tienen sus ventajas.

En la práctica bovina, la utilización de una solución salina hipertónica tiende a reservarse para los pacientes más enfermos y deshidratados, pero es interesante considerar que la investigación original donde se observaron sus beneficios, se realizó dentro del contexto de una pérdida de sangre grave, a partir de hemorragia aguda. Aunque la solución salina obviamente no reemplaza la pérdida de glóbulos rojos, puede ser un tratamiento de emergencia muy útil. Por ejemplo, en casos de laceración de la vena de leche o sangrado de úlcera abomasal.

En pacientes gravemente deshidratados y con mastitis y metritis tóxica, hay varias ventajas en la solución hipertónica. Fisiológicamente, afecta muchos aspectos de los problemas con la circulación y perfusión en estas vacas, siempre y cuando, y esta es una condición importante, el paciente reciba subsecuentemente un gran volumen de fluidos adicionales unas pocas horas más tarde, ya sea mediante absorción o por vía intravenosa (IV). En la práctica, esto puede conseguirse mediante el consumo voluntario o por infusión. Así que su enfoque es correcto. El volumen mínimo sería de 20 litros, sin embargo, para una vaca adulta Holstein, es mejor 40 litros.

Los inconvenientes de este enfoque son el tiempo, mano de obra y desafíos técnicos de una administración IV o por sonda, junto con el leve, pero posible riesgo de broncoaspiración. Ocasionalmente, las vacas podrían tener un rumen tan lleno que no pueda suministrar el volumen deseado sin una regurgitación importante. En los establos donde hay más empleados capaces para realizar estos procedimientos, este enfoque se ha vuelto más común y eficaz.

Suministrar un volumen similar de electrolitos, a veces combinado con ingredientes altos en calorías, es una alternativa válida, particularmente cuando los empleados no se sienten capaces de aplicar el tratamiento intravenoso o el paciente está menos deshidratado. No hay la misma necesidad o beneficio de las soluciones hipertónicas en esos individuos.

En las situaciones donde las personas que realizan el tratamiento no son veterinarios, la elaboración de un cuadro que les permita tomar fácilmente la decisión sobre la mejor forma de atender la deshidratación, puede ayudarles en la evaluación de vacas enfermas, marcando la diferencia para el resultado y la velocidad de recuperación. También puede reducir complicaciones en el tratamiento.


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