Enviamos a la mayoría de las becerras a un centro de recría que nos ha funcionado bastante bien. Sin embargo, recientemente, varios animales de primera lactancia han tenido mastitis inmediatamente o a los pocos días después del parto. En general, tenemos pocos casos de mastitis clínica en ese grupo y la cuenta de células también es baja en todas las vacas.
Los resultados de los cultivos no han sido consistentes y algunas vaquillas no se han enfermado. Otras se han recuperado rápidamente, pero algunas se han vuelto casos crónicos ¿qué podría estar causando esto?
Wisconsin E.G.
Aunque podría ser bueno considerar varias causas probables y continuar realizando cultivos, nuestra preocupación inmediata con esos antecedentes sería Mycoplasma. La posible introducción de Mycoplasma, a través de animales criados fuera del establo, o por la compra de vaquillas debido a una expansión reciente, es un riesgo considerable. Una población de vacas adultas libre de Mycoplasma, representa un ambiente fértil para su diseminación. Una vez que se establece, es difícil de erradicar y se vuelve un problema para todo el hato.
No es por consolarlo, pero existen pocos hatos verdaderamente libres de Mycoplasma. Muchos lectores estarán familiarizados no solamente con los desafíos de la mastitis por Mycoplasma sino también como causante de enfermedades respiratorias, problemas en orejas y articulaciones en las becerras jóvenes.
Debido a la naturaleza de este microorganismo y sus distintos requerimientos de crecimiento, en comparación con las bacterias convencionales que causan mastitis, la identificación de Mycoplasma a menudo es difícil y pasa inadvertida en el diagnóstico. Trabaje con su veterinario para asegurar la toma correcta de muestras y su envío al laboratorio para analizar ese microorganismo en particular. También, le aconsejamos seguir pensando en otras causas bacterianas para mastitis en vaquillas, que podrían estar complicando la situación, como especies de estafilococos o estreptococos, debido a su descripción de los signos clínicos.
A medida que trabaja en el problema, podría ser bueno implementar un protocolo de toma de muestras de todas las vaquillas para análisis de Mycoplasma. Igualmente, separe a las vaquillas positivas o potencialmente positivas, del resto del hato.
Si resulta ser Mycoplasma, separe e incluso deseche a los animales afectados, dependiendo de su número. Podría ser necesario establecer medidas de bioseguridad y salud de vaquillas antes del parto, especialmente si se encuentran diagnósticos positivos para Mycoplasma.
Históricamente, el suministro de leche de desecho sin pasteurizar era un factor de riesgo muy común para infectar con Mycoplasma a las becerras, pero el microorganismo se ha vuelto ubicuo y, en consecuencia, endémico en muchos lugares. Incluso se puede presentar en becerras alimentadas exclusivamente con sustituto de leche.
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