En general, las becerras que presentan cuadros clínicos con signos respiratorios deben empezar a mostrar mejoría en las primeras 24 a 48 horas de iniciado el tratamiento. Si hay fiebre, la temperatura corporal empezará a normalizarse y la depresión, las descargas nasales y oculares deberán volverse menos pronunciadas.
Si los signos clínicos no muestran una mejora dramática en 48 a 72 horas de tratamiento, o si reaparecen los signos poco después de terminar el tratamiento, habrá que tratar de determinar la causa del problema.
El primer paso es confirmar que el diagnóstico es correcto y el segundo paso es identificar los patógenos asociados con la enfermedad. Aunque las enfermedades respiratorias son muy comunes, hay otras condiciones, como la septicemia y las enfermedades gastrointestinales, que pueden mostrar signos parecidos, o bien, estar asociados con la enfermedad respiratoria, como la fiebre, depresión y dificultad para respirar. Esto puede ser muy cierto en becerras de 1 a 3 semanas de edad.
Trate de recabar todos los signos clínicos posibles que detecte y anótelos para informarle al médico veterinario. El veterinario seleccionará algunos animales para tomar muestras. Lo más frecuente es que tome muestras de las fosas nasales y de la faringe de becerras con signos respiratorios agudos y que no hayan sido tratadas.
Estas muestras pueden ser analizadas para detectar ADN de virus, bacterias y micoplasmas por medio de la prueba de PCR (reacción en cadena de polimerasa). Además, si las pruebas son positivas, se harán cultivos bacterianos para determinar la sensibilidad a antibióticos. Estas pruebas identificarán los antibióticos que podrían ser más eficaces para el tratamiento. Las enfermedades respiratorias casi siempre están relacionadas con infecciones bacterianas, por lo que el diagnóstico temprano es crítico.
La terapia con antibióticos es la forma principal de tratamiento, aunque los antiinflamatorios no esteroidales (AINEs) pueden ser de beneficio en algunos casos, no deben ser considerados como la herramienta principal de tratamiento. La detección tardía de las enfermedades respiratorias o intentar tratarlas primero con AINEs, puede retrasar el tratamiento y provocar una respuesta pobre al tratamiento antibiótico tardío.
En algunos casos, la presencia de patógenos gastrointestinales en el ambiente puede ser abrumadora, empeorando la salud de la becerra y predisponiéndola a las enfermedades respiratorias. Por ejemplo, si la becerra tiene una infección causada por Salmonella dublin, la respuesta al tratamiento es pobre. Esta bacteria vive dentro de las células, por lo que los antibióticos no tienen mucho acceso a ella.
Evalúe el riesgo de enfermedades gastrointestinales y de infecciones por Salmonella colectando muestras fecales de seis becerras con heces anormales. Haga pruebas de PCR para identificar patógenos gastrointestinales comunes, como coronavirus, Cryptosporidium y salmonelas.
Los resultados le darán una idea del estado de salud del tracto gastrointestinal y si hay o no microorganismos resistentes a antibióticos, como Salmonella dublin, que estén contribuyendo a la mala respuesta al tratamiento antibiótico.
En resumen, recurra a su médico veterinario para asegurarse de estar tratando la enfermedad correcta con el medicamento correcto de manera oportuna y controle los problemas que aumentan el riesgo de enfermedades en sus becerras jóvenes.
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