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Las costillas se pueden fracturar durante el parto

por Theresa Olivetti, D.V.M.

  Las costillas de las crías bovinas se pueden fracturar frecuentemente durante el parto. Las fracturas ocurren cerca de la unión de los cartílagos que unen a la costilla con el esternón, donde son más suaves. Las más comúnmente afectadas son las costillas de la tercera a la quinta.

  Aunque no sabemos cómo ocurren estas fracturas, es posible que ocurran cuando la cría pasa por un canal de parto estrecho. Esto pasa porque la articulación del codo pone mucha presión sobre la articulación que une a la costilla con el cartílago. Son fracturas muy dolorosas y se pueden ver en los primeros dos días de vida. Se puede sentir la piel de la zona hinchada y caliente, crujiendo por debajo a la presión. Se pueden diagnosticar estas fracturas fácilmente con ultrasonido.

  Las becerras con varias costillas fracturadas, o con fracturas desplazadas (las partes fracturadas no quedan alineadas unas con otras) no tienen apetito y pueden permanecer echadas los primeros dos días de vida. Lo sorprendente es que la mayoría de las becerras que hemos visto con costillas fracturadas no muestran signos clínicos. Normalmente cicatrizan bien entre los 7 y 10 días de edad, dejando un callo óseo evidente por debajo de la piel.

  Las fracturas desplazadas severamente pueden causar lesiones internas, con acumulación de sangre en el tórax, colapso de un pulmón y dificultad para respirar (disnea), con muerte poco después del nacimiento.

  En raras ocasiones se puede observar disnea cuando hay estrechamiento de la tráquea. Esto se puede ver en becerras de más edad, especialmente cuando las costillas que se fracturaron fueron las primera y segunda.

  También puede haber ruptura de costillas cuando hay dificultad al parto (distocia), pudiendo causar las puntas fracturadas daño severo al corazón y al hígado. Estas becerras nacen muertas o mueren dentro de las primeras 24 a 36 horas de vida. Usualmente, de 5 a 10% de las crías nacen con costillas rotas ocurridas durante el parto. Las becerras nacidas por partos distócicos tienen de 3 a 4 veces más probabilidades de mostrar costillas rotas.

  Los únicos tratamientos posibles son descanso y administración de meloxicam, un medicamento antiinflamatorio que se debe aplicar a la cría después de cualquier distocia, por leve que haya sido. El tratamiento puede mejorar el apetito de la becerra y acelerar su recuperación.

  Si hay demasiada incidencia de costillas rotas en las recién nacidas, será necesario revisar los protocolos de asistencia al parto, para asegurarse que las asistencias en el parto sean apropiadas, que no sean demasiado agresivas. Además, hay que revisar el programa genético, para procurar que las becerras nazcan con el tamaño adecuado.

La autora está en la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Wisconsin, en Madison.

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