HOARD'S DAIRYMAN
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Una historia de dos bebederos

por Peter Edmondson


  En los días calurosos de verano, como el que acaba de pasar aquí, la temperatura llegó a 30º, lo que no es normal en Inglaterra. En esos días calurosos, me levanto temprano para llevar a mis perros a una caminata, cuando la temperatura está más fresca. Un día, no los pude sacar temprano, sino hasta las once de la mañana. Caminamos ocho kilómetros y, en nuestro recorrido, pasamos por tres establos diferentes.

Los grupos de vacas
  El primer grupo que vi, era el establo de Joe, un productor de leche joven y entusiasta, que realmente quiere hacer las cosas bien. Tenía un grupo de 40 vaquillas preñadas. Joe había instalado un bebedero nuevo dos meses atrás. El bebedero tiene 1.80 metros de ancho y 60 metros de altura. Colocó una tubería para llevar el agua, para que se llenara rápido. Las vaquillas de Joe estaban echadas en la sombra y dos de ellas estaban tomando agua del bebedero nuevo, que estaba lleno de agua limpia.
  Kilómetro y medio más adelante, llegué al establo de Gordon, quien ha duplicado el número de vacas en los últimos tres años, pero ha tenido problemas para hacer las modificaciones necesarias en sus instalaciones. No tiene el número correcto de echaderos para el invierno y le falta espacio. Cuando vi sus vacas, muchas estaban congregadas alrededor de un bebedero estrecho, de 1.5 metros de largo, ubicado bajo la sombra.
  Podía oír el agua goteando en el bebedero y me acerqué a ver cuánta agua tenía. El agua apenas cubría el fondo del bebedero y el chorro de líquido que llegaba era muy escaso. Estos animales tenían estrés calórico y realmente necesitaban tomar más agua.

Menor a lo ideal
  El último grupo estaba en establo de Edward. Estas vacas estaban en la pradera más lejana, en donde el pasto estaba chamuscado y no había mucho que las vacas pudieran comer. Desafortunadamente, no había bebederos en estos pastizales más alejados. Edward lleva a su ganado a pastorear cuando está húmedo, de modo que las vacas toman agua con el pasto húmedo.
  Desgraciadamente, debido a que había sequía, no tuvo otra opción que llevar a sus animales a pastorear en ese campo.
  Las vacas estaban bajo la sombra, protegiéndose del sol y se veían estresadas. Podían caminar al bebedero más cercano, que estaba a 500 metros, pero como hacía calor y estaban estresadas, no hacían el intento. Esto es muy perjudicial para la salud en general y también para la producción de leche. No le hubiera costado mucho esfuerzo a Edward llevar un bebedero portátil y un tanque a las vacas para que tuvieran agua suficiente.
  A esas alturas, yo ya había caminado por una hora y estaba cansado. Se me había olvidado traer una botella con agua y estaba ansioso por regresar a casa para beber algo. Mis perros también estaban sedientos y sus lenguas casi tocaban el piso. Cuando llegamos a casa, me dio gusto sacar un poco de agua fría del refrigerador, para saciar mi sed, a diferencia de lo que estaban sufriendo las vacas de Gordon y Edward.
  Se han publicado artículos excelentes en Hoard’s Dairyman en español sobre la importancia del agua y sobre el hecho de que es un ingrediente nutricional clave para el ganado. La caminata reciente me recordó la importancia de asegurar, que, cualquiera que sea clima, nuestro ganado tiene que tener siempre acceso a una fuente abundante de agua limpia.

El autor es director de UdderWise-Global Mastitis Solutions, en el Reino Unido.

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