En un artículo reciente, Reagan Bluel, especialista de la Universidad de Missouri, citó una investigación de Noelia Silva del Rio, publicada en el Journal of Dairy Science y explicada durante un podcast de “Dairy Science Digest”.
En el experimento, se compararon cuatro fuentes comunes de magnesio con una nueva mezcla patentada para determinar su solubilidad:
- Óxido de magnesio, la fuente de magnesio más comúnmente utilizada.
- Carbonato de calcio y magnesio, que a menudo presenta la solubilidad más baja.
- Hidróxido de calcio y magnesio.
- Sulfato de magnesio, utilizado como control positivo debido a su alta solubilidad conocida.
Los cinco tratamientos se administraron en forma de bolos, y posteriormente se analizó orina y sangre para determinar la biodisponibilidad.
"Cuando se administra magnesio en exceso, se elimina a través del tejido renal en la orina", explicó Silva del Río. "Comparar los niveles de magnesio en orina 24 horas antes del bolo y 24 horas después, es la manera más sencilla y confiable de determinar su disponibilidad."
Cuatro de las fuentes demostraron ser adecuadas y mostraron una biodisponibilidad muy similar entre las vacas. El carbonato de calcio y magnesio fue la única fuente que tuvo un desempeño comparable al control después de 24 horas.
La absorción de magnesio puede disminuir debido a la fuente mineral o a situaciones específicas de la vaca. Por ejemplo, si una vaca está pastoreando en praderas abundantes, el pH del rumen puede elevarse por encima de 6.5, reduciendo la solubilidad del magnesio y, en consecuencia, su absorción.
El calcio y el magnesio tienen una relación compleja que involucra la hormona paratiroidea (HPT). En condiciones normales, esta hormona responde rápidamente a niveles bajos de calcio en sangre, movilizando el mineral desde los huesos del animal. Sin embargo, cuando los niveles de magnesio en sangre son bajos, la liberación de HPT disminuye, limitando así la movilización de calcio óseo.
Si un caso de hipocalcemia no responde a la terapia con calcio, evalúe la posibilidad de niveles bajos de magnesio. Analice las concentraciones de magnesio en suero en varias vacas recién paridas. Si al menos 9 de cada 10 vacas no alcanzan un nivel de 2 miligramos por decilitro (mg/dL), es necesario revisar el suministro de magnesio en la ración.
“No confíe solo en el nombre del producto; verifique la disponibilidad”, advirtió Silva del Río. “Probamos dos fuentes de óxido de magnesio de dos empresas diferentes y la solubilidad de una era la mitad de la otra.” Esta enorme variación en la disponibilidad puede ser el resultado de un sobrecalentamiento durante el proceso de calcinación. El procesado fino puede ayudar a disminuir el impacto negativo, pero no lo elimina por completo.
Conozca el origen de su mineral. La falta de información sobre la solubilidad del producto ya es una señal de alerta. Si el magnesio en suero no alcanza al menos 2 mg/dL en 9 de cada 10 vacas recién paridas, probablemente la dieta sea deficiente en magnesio.
Silva del Río recordó a los oyentes sobre la sencilla "Prueba de Campo de Goff" para garantizar que su fuente de magnesio sea adecuada para la vaca. Esta prueba se publicó originalmente en la revista *Veterinary Clinics of North America: Food Animal Practice* en 2014. En 30 minutos, puede obtener una mejor comprensión de la solubilidad de su fuente de magnesio:
1. Coloque 3 gramos de una fuente de óxido de magnesio en un recipiente con tapa.
2. Agregue lentamente 40 mililitros de ácido acético al 5% (vinagre blanco).
3. Tape el recipiente y agite bien durante 15 segundos.
4. Deje reposar la solución durante 30 minutos y luego mida el pH.
“El vinagre solo tiene un pH de entre 2.6 y 2.8. Las mejores fuentes de óxido de magnesio elevarán el pH hasta 8.2, mientras que las peores solo alcanzarán un pH de 3.8. El pH es una escala logarítmica, por lo que esto representa una diferencia de más de 3,000 veces en el número de iones de hidrógeno tamponados”, explicó Silva del Río.
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