Una de nuestras mejores vacas de exposición ahora tiene 7 años y lleva 8 meses preñada. Desde hace dos años, en nuestro establo empezamos a tomar muestras de sangre al momento del secado, para analizar e identificar vacas con la enfermedad de Johne. Esa vaca salió fuertemente positiva en la última prueba.
Parece estar saludable, con buen apetito y condición corporal, además, no tiene diarrea. ¿La becerra va a estar infectada? ¿Cómo debemos manejarla desde el punto de vista reproductivo para maximizar su valor genético?
Minnesota D.S.
Cuando el resultado es “fuertemente positivo”, probablemente se trata de una prueba ELISA realizada en la muestra de sangre (suero). Esa prueba mide los anticuerpos producidos en respuesta al organismo causal de la enfermedad de Johne: Mycobacterium avium paratuberculosis.
Por la forma en que se desarrolla la enfermedad de Johne, generalmente el ganado se infecta varios años antes de mostrar signos clínicos. Durante ese largo periodo de incubación, se desarrollan anticuerpos y, con un alto nivel de infección, un largo periodo de infección, o ambos, el resultado de la prueba será fuertemente positivo.
Aunque un resultado positivo podría aún, no mostrar una enfermedad clínica evidente, ciertamente implica que la vaca ha avanzado mucho en la curva de la enfermedad. Probablemente estará diseminando el organismo en grandes cantidades, en comparación a una vaca con un resultado positivo “débil”.
Desafortunadamente, otra preocupación es que la becerra podría nacer ya infectada, o por lo menos en mucho mayor riesgo de adquirir la enfermedad durante el periodo post parto inmediato. Es muy importante no suministrar el calostro de esta vaca a su becerra. Mejor utilice calostro de otra vaca con un resultado negativo, o bien, suministre un sustituto de calostro de alta calidad.
La probabilidad de que una vaca de 7 años, con un resultado fuertemente positivo en la prueba ELISA para la enfermedad de Johne, muestre signos clínicos en la próxima lactancia es muy alta. Francamente, le recomendaría considerar una recolección de oocitos y fertilización in vitro al comienzo de su lactancia. Es muy probable que los oocitos produzcan embriones negativos, y de esa forma podrá mantener el legado genético de este animal.
Recuerde que la bioseguridad para los recipientes es tan crítica como para la vaca donadora. Sería catastrófico obtener embriones libres de la enfermedad e ir a colocarlos en recipientes crónicamente infectados.
El autor es profesor en la Universidad de Wisconsin
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