Tanto para cosecha como para animales, el tiempo a menudo significa todo para el establo. Seguir un calendario adecuado, puede hacer la diferencia entre un resultado saludable o fallido. Para las vacas, eso significa proporcionar el cuidado que conduce a un ciclo de lactancia deseable.
Más allá de las medidas para mejorar la tasa de preñez, y debido a que la duración de la gestación es fija, los productores tienen dos opciones para estructurar la lactancia de sus vacas: el periodo voluntario de espera (PVE) y la duración del periodo seco. La opción más común para ambos generalmente es de 60 días. Sin embargo, existe alguna variación entre los establos con base en la demografía del hato, desempeño reproductivo y opciones de manejo. En la reunión anual del Consejo de Reproducción de Ganado Lechero, Víctor Cabrera presentó una investigación que se enfocó en cómo interactúan varias opciones de duración de PVE y periodo seco entre sí, así como su impacto en la salud de la vaca.
Cabrera, profesor en la Universidad de Wisconsin, describió que el PVE puede variar por varias razones relacionadas con la reproducción, pero en el caso específico de vacas de primera lactancia, se cree que un PVE más largo posiblemente determine una mejor producción. “La razón es que las vacas de primera lactancia tienen una curva de lactancia mucho más persistente”, dijo.
Un establo puede elegir un periodo seco más corto para alcanzar más días en leche en la lactancia actual. También se ha demostrado que eso produce una mejor reproducción, pero menos leche en la lactancia siguiente, explicó Cabrera. Por otro lado, un periodo seco más largo puede elegirse para menos días en leche y costos de alimentación más bajos, pero puede haber problemas de salud en el futuro.
Se analizaron nueve posibilidades
Para examinar cómo afectan estas opciones a la salud de la vaca y rentabilidad del establo, Cabrera explicó su análisis de animales que pasaron por dos periodos secos y dos PVE en uno de nueve tratamientos. Las vacas tuvieron periodo seco corto (20 a 30 días), convencional (50 a 60 días), o largo (80 a 90 días) y entonces PVE corto (60 días), largo (88 días) o una combinación (88 días para vacas de primera lactancia y 60 días para vacas mayores).
Entre los resultados notables fue que el periodo seco más largo estuvo asociado con una preñez más baja por inseminación artificial en la siguiente lactancia. Cuando las vacas tuvieron un periodo seco corto, la eficiencia alimenticia disminuyó al final de la lactancia. Cabrera también señaló que hubo menos desechos en el grupo con la combinación de PVE corto y largo (60/88) según lactancia y con un periodo seco de 60 días.
El equipo realizó un análisis de rentabilidad para cada caso. La combinación más cara fue el PVE largo con un periodo seco de 60 días. El mejor retorno de la inversión estuvo con el PVE largo y periodo seco corto. Y, aunque en el PVE corto y periodo seco corto, las vacas de primera lactancia experimentaron su mejor tasa de preñez, intervalo entre partos y días abiertos, este plan fue la opción número cuatro en la escala de rentabilidad.
Cuando se calculó los ingresos menos costos de alimentación, el PVE de 60 días y periodo seco de 60 días fue la opción más rentable, concluyó Cabrera. No todos los establos pueden utilizar estos parámetros de duración, pero esta investigación es un buen recordatorio de cómo el PVE y la duración del periodo seco pueden tener un impacto significativo en el negocio lechero, tanto este año como el siguiente.
La autora es editora asociada de Hoard’s Dairyman.
PARA TENER LA INFORMACIÓN MÁS ACTUALIZADA, SUSCRIBETE A NUESTRO BOLETÍN, ES GRATIS