BOLETIN


Advertisement

Una revolución reproductiva

por Reagan Bluel


En los últimos 30 años, la industria lechera ha observado una mejora sustancial en el éxito reproductivo de los hatos. A finales de los 90, era común ver tasas de preñez alrededor de 15%, actualmente 30% es una meta alcanzable. Para llegar a ese punto, la operación debe perseguir ávidamente la meta y alinear todas las partes que intervienen en la ecuación de fertilidad.

“Si usted consigue enrolar al hato en un ciclo de alta fertilidad, mediante un manejo reproductivo decidido, todo simplemente funcionará mejor”, explicó Paul Fricke, especialista en fisiología reproductiva de ganado lechero de la Universidad de Wisconsin. Él y su colega Megan Lauber estuvieron en el podcast de Dairy Science Digest para hablar sobre su última investigación sobre la eficacia del protocolo Ovsynch doble, cuando se insemina ganado Jersey con semen sexado o de carne.


La intersección de estas dos medidas crea la probabilidad de preñez. Ambas se midieron en el estudio.

Cuando se enrola a las vacas en el Ovsynch doble, el programa termina con la inseminación. Punto. El semen se inserta con la esperanza de que encuentre un óvulo fértil. En el estudio, cuando el equipo utilizó la detección de estro, cerca del 25% de los animales no se identificaron. A pesar de tratarse de un equipo detallista, y del crayón en la cola, las vacas simplemente no mostraron estro o eran anovulares. Las vacas de primera lactancia fueron las peores, porque solamente se observaron signos de estro el 70% de las veces. Por lo tanto, una ventaja del programa de sincronización es que hay un 100% de probabilidades de que la “primera parte” de la ecuación no estará retrasando a su hato.

Para la “segunda parte” de la ecuación se observó lo siguiente:

La preñez con semen de carne / tasa de inseminación, fue 58% para Ovsynch doble y 49% para detección de estro.
Hubo una ventaja del 6% cuando se utilizó Ovsynch doble, en comparación a detección de estro para semen sexado.
No hubo efecto por el número de parto en preñez por semen sexado / inseminación artificial.

¿Y qué pasa con el balance energético?

Las vacas que llegan delgadas a la temporada de inseminar son un problema con P mayúscula. Durante años, hemos sabido que una vaca que empieza la temporada de inseminación, después de haber pasado por un periodo de transición deficiente, tendrá problemas para concebir. Jack Britt documentó el impacto de la calificación de condición corporal en 1992. Actualmente, muchos hatos han creado programas de transición para resolver esta importante fase de la producción. Sin embargo, a veces, un grupo puede tener más dificultades y disminuir de peso. Si bien no es una varita mágica, el Ovsynch doble implica la promesa de minimizar el efecto de una transición deficiente.

En el estudio, Lauber organizó el hato de 865 vacas Jersey por su cambio en calificación de condición corporal, con el objetivo de comprender el impacto de la energía sobre la fertilidad. Los grupos fueron 1. Pérdida agresiva (>0.5 pt); 2. Pérdida moderada (>0.25 pt); 3. Pérdida cero o ganancia.

56% de preñeces/IA para vacas que mantuvieron la calificación de condición corporal y se enrolaron en Ovsynch doble.
36% de preñeces/IA para vacas que perdieron >0.5, enroladas en detección de estro.
15% de mejora en preñez por IA para vacas detectadas en estro que mantuvieron la calificación de condición corporal, en comparación a las que perdieron más de 0.5 puntos.

“No hay mucha investigación científica describiendo por qué está pasando esto, porque es muy difícil de medir”, dijo Lauber. “Pero si nos fijamos en las ovejas, se ha descubierto que la leptina, una hormona lipídica, tienen un papel en la iniciación de la cascada de eventos que finalmente producen la ovulación”.

Si bien la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) es quien comienza la cascada, se piensa que la leptina podría tener un papel fundamental en ese mecanismo. El Ovsynch doble expone a la vaca varias veces a la GnRH, eliminando potencialmente el efecto negativo de una menor concentración de leptina circulante.

Lauber recuerda a los productores que no todas las vacas han perdido condición corporal en el corral de principio de lactancia. La meta, evidentemente, es minimizar la pérdida, con una calificación recomendada de 3 para el parto. Las vacas con una calificación estable produjeron el mismo volumen de leche en este estudio.

Los detalles importan

Los protocolos de sincronización son complejos. Escríbalos y cúmplalos, observar los tiempos es importante. Cuando se usan de la forma adecuada, los programas reportan dividendos con la posibilidad de llegar a casi la mitad de vacas preñadas en el primer servicio.

Cuando se utiliza el protocolo de Ovsynch doble, Fricke anima a utilizar una segunda administración de prostaglandina en el día 25 del programa (semana de inseminación). “Hemos visto aumentar la fertilidad”, describió. Estos tratamientos permiten la luteólisis completa, se ha observado entre un 14% a 15% de mejora en la regresión lútea cuando los productores añaden esta segunda prostaglandina al programa.

El ciclo de fertilidad alta

Con los pies en la tierra, los productores tienen la capacidad de intervenir en cada parte de la ecuación para conseguir un récord reproductivo exitoso. Si se comprometen, estos protocolos pueden impulsar a su hato en un ciclo de alta fertilidad. De esa forma, se invierte menos tiempo en el final de la lactancia, cuando las vacas están produciendo menos y engordando más. Una calificación de condición corporal moderada mejora la reproducción en la lactancia siguiente, por lo tanto, el ciclo positivo comienza a emerger.

El ciclo de fertilidad alta abre el potencial de sus tecnologías reproductivas como pruebas genómicas y desecho estratégico. Eso le permite al establo añadirle valor a la venta de becerros, o bien, utilizar semen sexado y de carne. Si un hato batalla con la reproducción, no tiene estas opciones, porque debe retener a todas las becerras como reemplazos.

La evolución de la fisiología reproductiva en las últimas tres décadas ha abierto la vía para un éxito financiero de la operación lechera. Esta investigación demuestra que, si se mide el cambio en condición corporal, se implementa la sincronización eficientemente y se insemina de forma estratégica, se está diseñando un camino de éxito, con un hato más saludable y productivo.

Estos hallazgos se reportaron en el Journal of Dairy Science y en el podcast de Dairy Science Digest.

El autor es extensionista en la Universidad de Missouri.


PARA TENER LA INFORMACIÓN MÁS ACTUALIZADA, SUSCRIBETE A NUESTRO BOLETÍN, ES GRATIS