A menudo se dice que las personas no abandonan trabajos malos; abandonan malos líderes. Para una industria que depende tanto de la participación de los empleados como la industria lechera, los propietarios y gerentes de los establos no pueden permitirse perder trabajadores de calidad debido a un jefe ineficaz.
Los buenos líderes dejan una huella en la cultura empresarial al desarrollar la misión y la visión de la compañía, y al tomar medidas que ayudan a que los trabajadores estén satisfechos en su trabajo, dijo Robin Perry-Smith, durante un seminario en línea de la Universidad Estatal de Pensilvania. La forma en que un líder dirige eficientemente, implementa planes y motiva a las personas, depende de su estilo de liderazgo.
Cada líder adoptará un enfoque diferente para esta responsabilidad, dijo la especialista en programas de educación en energía, negocios y vitalidad comunitaria. Podemos creer que nuestro estilo de liderazgo está en función de nuestra personalidad, pero en realidad es una elección estratégica. Los líderes eficientes deben ser capaces de utilizar diferentes estilos de liderazgo en diferentes momentos, dependiendo de la situación y de con quién están hablando.
Perry-Smith identificó seis estilos comunes de liderazgo:
- Acompañamiento: El líder se enfoca en el desarrollo individual de cada persona.
- Autoritativo: El líder proporciona la visión, pero los empleados tienen la autoridad de alcanzar los objetivos según su propia percepción.
- Afiliativo: El líder construye un ambiente de trabajo positivo para el equipo.
- Democrático: El líder permite que cada miembro del equipo tenga voz en la toma de decisiones.
- Pacificador: El líder pone el ejemplo para el grupo.
- Directivo: El líder llama a la acción para arreglar un problema rápidamente.
“Elegir un estilo de liderazgo comienza con creer en lo que estás haciendo”, explicó. “Si no reconoces el valor de tu trabajo, ¿cómo lo harán tus empleados? A partir de ahí, considera cuáles son tus fortalezas, pero reconoce que necesitarás ser flexible en cómo lideras ciertos escenarios o personas. Luego, considera las necesidades de la organización o del equipo y determina qué los motivará y resonará con ellos”.
“Apóyate en tus propias experiencias como empleado y en la comunidad para reconocer tanto las características eficaces como las ineficaces de los líderes”. Perry-Smith también recordó que convertirse en un buen líder no tiene una fecha de caducidad. Hay que seguir aprendiendo de los demás, leer y hacer preguntas para desarrollar nuestras habilidades para conectar y alentar al equipo.
“Ser un líder comienza con la autoconciencia”, concluyó Perry-Smith. Eso significa ser honorable siendo veraz, respetuoso, ético y responsable, en resumen, alguien con quien un empleado querría trabajar.
La autora es editora asociada de Hoard’s Dairyman.
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