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¿Cuál debe ser su meta de edad para las vaquillas?

por Abby Bauer


Uno de los tres mayores gastos en un establo lechero es la crianza de reemplazos, y el mayor costo en esa categoría es el alimento requerido por el animal desde que nace hasta su primera lactancia.

“No importa si compra o cría, si se quedan en su establo o salen fuera”, dijo Joe Dalton de la Universidad de Idaho, durante la Conferencia Anual de la Asociación de Becerras y Vaquillas Lecheras. “El alimento es el mayor costo de criar vaquillas”.

Por esa razón un objetivo común en los establos lecheros es reducir el número de días que las becerras y vaquillas comen sin producir, y la mejor forma de hacerlo es acortar la edad al primer parto. Dalton recordó a la audiencia qué es lo más importante cuando se busca disminuir la edad al primer parto.

“La edad al primer parto está determinada por la edad a la concepción. La edad al primer parto queda sujeta a la edad a la concepción”, enfatizó.

Para mejorar la edad a la concepción, Dalton señaló que es importante calendarizar apropiadamente cada etapa del periodo de crianza. Está el tiempo transcurrido desde que nace la becerra hasta que entra al corral de inseminación, y el tiempo que pasará en ese corral hasta su primera inseminación. A partir de ahí, la edad a la concepción, determinará la edad al primer parto.

Dalton dijo que tenemos un manejo intensivo de las vacas en producción durante el periodo voluntario de espera, y tan pronto están aptas para ser nuevamente inseminadas, buscamos hacerlo de forma oportuna. El conferencista animó a los productores y criadores de vaquillas a hacer lo mismo con sus corrales de vaquillas aptas para ser inseminadas.

“No hay una razón por la que no podamos manejar a las vaquillas en ese punto para obtener cierta ventaja de la edad a la primera concepción”, dijo.

Pidió a los asistentes pensar en los criterios que emplean para pasar a las vaquillas al corral de inseminación. Uno importante es su desarrollo, que puede determinarse por la edad, peso, altura o una combinación de factores. Para evaluar estas metas, debe haber una forma de medir el crecimiento. Las instalaciones, flujo de animales y personal, también influyen en el momento que se puede comenzar a inseminar.

También enfatizó la necesidad de que cada establo conozca sus parámetros actuales para vaquillas. De esa forma, sabrán desde dónde comienzan y podrán establecer metas razonables.

Dalton recordó a los productores enfocarse en la edad a la concepción, no en la edad al primer parto, y esforzarse para que las vaquillas lleguen ahí más pronto. Dijo que es importante reconocer que los retrasos en concepción no solamente elevan los costos de crianza, sino que también son una oportunidad de ingresos perdida, porque las vaquillas tardarán más en entrar al hato en producción.

La autora es editora asociada senior de Hoard’s Dairyman.


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