En las últimas semanas, he recibido media docena de llamadas preguntándome sobre síntomas de salud inexplicables en vacas altas productoras. Las llamadas provenían desde Minnesota hasta Wisconsin, y desde Michigan hasta Nueva York.
En general, la situación sonaba similar en todas las conversaciones… vacas con gran ingestión de alimento y producción, tenían problemas digestivos que iban de muy graves como síndrome del intestino hemorrágico hasta menos importantes, pero preocupantes como estiércol suelto y acuoso. En un caso notable, se realizó un análisis a fondo de micotoxinas en la ración totalmente mezclada, pero los resultados dejaron aún mucho que explicar. No era la carga de micotoxinas el problema. No me sorprendió esta situación porque ya se ha visto en ocasiones anteriores en los últimos diez años.
Estos casos son una intersección entre la ciencia nutricional y veterinaria. El año pasado, hablando con Byron Williams, un veterinario consumado, discutíamos las oportunidades que se presentan para compartir experiencias de nutrición y veterinaria en los establos, respecto al manejo de la alimentación para mejorar la salud y el desempeño. Seguramente volveremos a hablar de esto en el futuro.
En mi experiencia, a menudo no hay una sola causa para el problema. Puede haber un aspecto que, en un momento dado, representa “la gota que derrama el vaso”. Sin embargo, siempre hay varios factores que entran en juego para que un hato de altas productoras presente problemas digestivos.
El triángulo de la enfermedad se vuelve un diamante
Cuando hablamos de enfermedades en las plantas, siempre definimos el triángulo de las enfermedades. En los últimos años, hemos aprendido de Damon Smith y otros patólogos de plantas que el triángulo se compone de ambiente, hospedador y factores patógenos. Cada uno de ellos debe ser problemático para que se presenten enfermedades en el campo.
En las vacas, creo que el triángulo en realidad es un diamante. Hice un esquema para detallar el “diamante de la higiene del alimento”. Es como una cancha de beisbol con cuatro bases. Por favor, si se le ocurre un nombre para el cátcher ¡envíe sugerencias!
En la salud y nutrición lechera, las micotoxinas representan solamente una fracción del problema en la base moho del diamante. Las levaduras nocivas y el moho también pueden causar problemas en el rumen, igual que le sucede a su tracto digestivo cuando consume un alimento deteriorado. Por lo general, las bases de la nutrición y bacterias reciben muy poca atención, en comparación con la de mohos y micotoxinas, pero en mi opinión, pueden contribuir de la misma forma. La base nutricional y de componentes que yo utilizo es:
•Suministro consistente de alimento y empujarlo continuamente
•Suministro exacto, tal y como lo formuló el nutricionista
•Estabilidad del alimento en el comedero
•Digestibilidad del almidón en el rumen o falta de la misma
La conexión del almidón
Este último punto es probablemente la causa de los problemas comentados anteriormente. La cosecha de maíz de 2021 lleva un tiempo en el silo, pero en los últimos ocho meses he estado viendo como la digestibilidad del almidón, tanto en grano como ensilado, es reducida. Ya hubo muchos artículos sobre los costos de las mermas y la energía de la ración. Ahora es momento de poner nuestra atención en la digestión intestinal del almidón.
Al contar con almidón poco digerible, muchos establos han estado suministrando más grano, para alcanzar niveles de almidón digestible similares a años anteriores y mantener el rendimiento. Eso parece razonable. Sin embargo, también hay una carga de almidón de sobrepaso mayor, y eso es preocupante cuando tenemos mohos, bacterias y otros factores de estrés en juego.
Como ejemplo, Anne Marie Elwing me explicó, cuando coincidimos en la Conferencia Four State Dairy Nutrition, que sus casos de síndrome de intestino hemorrágico prácticamente desaparecieron cuando consiguieron maíz con una partícula más fina y consistente. En nuestra conversación, especulamos si entonces el maíz poco procesado, menos digestible, estaba pasando en exceso del rumen hacia el intestino. Esa carga de almidón estaba contribuyendo al síndrome de intestino hemorrágico y gastroenteritis diagnosticada mediante varias necropsias en vacas altas productoras. Hable con su nutricionista y veterinario si su hato ha experimentado alguno de estos síntomas últimamente.
La última base, el “estrés” requiere toda la atención de su equipo. Estresores ambientales o de manejo en los establos afectarán la salud, obstaculizarán la respuesta inmune y pueden hacer que su hato tenga más problemas digestivos. Los cambios en temperatura, de moderada a alta, afectan a las vacas lecheras bastante más de lo que pensábamos.
Tenga en mente estos factores de estrés como una parte dentro del diamante. Finalmente, piense en la nutrición como un área de juego donde debe cubrir todas las bases para defender la salud de su hato.
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