Tenemos un establo con 400 vacas Holstein. En los últimos meses, hemos tenido cuatro vacas a mitad de la lactancia que presentan el síndrome de la vaca caída, y no responden al tratamiento con calcio. Al final, tuvimos que practicarles la eutanasia. Muchas veces han sido nuestras mejores productoras. ¿Existen otras causas, además de la fiebre de leche, que deberíamos considerar? ¿Es posible que requieran un tratamiento distinto?
En este momento, tenemos una vaca fistulada. ¿Cuándo aconsejaría utilizar el fluido ruminal de esta vaca? ¿Hay algún protocolo para la utilización, antes o después de la cirugía del DA?
IOWA, B.V.
Es muy frustrante tener una tasa de DA más alta del 4%. En nuestra experiencia, cuando se diagnostica DA más allá de los 14 días en leche (DEL), la recuperación tarda mucho más, aún con la corrección quirúrgica. Las consecuencias son desecho precoz, reproducción deficiente, y menor producción de leche.
Su pregunta es una gran oportunidad para hacer énfasis en la importancia de un buen programa de recién paridas. No todas las vacas recién paridas requerirán un examen a fondo, pero las que necesiten asistencia al parto, tengan retención placentaria, se muevan lentamente hacia el comedero, o hacia la sala de ordeño, y presenten leche anormal, deben ser vigiladas cuidadosamente. Cualquier vaca recién parida que se acerque lentamente al alimento cuando regresa del ordeño, no se termine el alimento como sus compañeras de corral, o no se limpie el morro con la lengua, debe ser anotada en una lista para que la revise el veterinario.
Después de observar a las vacas en el corral de recién paridas, o vigilarlas en el galpón de echaderos fijos, también añadiremos en la lista a las vacas que tengan estiércol suelto, descargas vaginales malolientes, llenado inusual de la ubre (ya sea demasiado, o muy poco), o un abdomen que parezca demasiado lleno o demasiado pequeño y plegado. En su situación particular, es importante encontrar a las vacas que podrían tener otros padecimientos, como hígado graso, cetosis, fiebre de leche subclínica, metritis, mastitis, o problemas en el parto, que las hicieron más susceptibles al DA.
Un reconocimiento oportuno, y el tratamiento de soporte eficiente con calcio, potasio, precursores energéticos, magnesio, fósforo, o fluido ruminal normal, podría prevenir un DA, o por lo menos, acelerar la recuperación después de la cirugía. Trabaje con su veterinario para decidir sobre la conveniencia de valorar los ácidos grasos no esterificados (AGNES), el ácido beta-hidroxi butírico (ABHB), el calcio ionizado, así como la función y enzimas hepáticas, para ver que todo está en orden. Evalúe las raciones para vacas secas y en transición, el alojamiento y los cambios de corral, para ver si pueden hacerse modificaciones que le ayuden a disminuir su tasa de incidencia de DA.
Ya que tiene disponible fluido ruminal normal para utilizarlo en las vacas con DA, le sugerimos suministrar entre uno y dos litros a las vacas en la lista, o bien, a las que tienen temperatura normal, pero actividad ruminal deficiente. Los problemas con el movimiento ruminal se identifican cuando, durante más de 30 segundos, no se sienten contracciones, o no se escuchan con el estetoscopio, en la fosa paralumbar izquierda (área triangular entre la última costilla, las vértebras y la cadera).
Si las cetonas en la orina, o el ABHB sanguíneo muestra cetosis moderada, añada 237 ml de propilén glicol y un suplemento prebiótico o probiótico, al fluido ruminal suministrado a estas vacas, ya sea antes o después de la cirugía. En nuestra clínica, a las vacas que no tienen fiebre, pero si una actividad ruminal deficiente y cetosis (de moderada a severa), les damos 5 litros de nuestro suplemento para recién paridas, junto con 2 litros de fluido ruminal normal.
Nuestro suplemento contiene propionato de calcio, cloruro de potasio, sulfato de magnesio, fosfato de sodio, y un suplemento de prebióticos/probióticos. Nuestra meta es que las vacas vuelvan a alimentarse normalmente lo antes posible, intentando evitar una aplicación de dextrosa por vía intravenosa, a menos que la cetosis sea muy grave. Solamente utilizamos el fluido cuando la actividad ruminal es lenta o ausente, y el resultado de cetosis es positivo.
Las vacas responden bastante bien si comienzan el tratamiento a tiempo, y si se les atiende de inmediato, de acuerdo a lo descrito. Sin embargo, reconocemos que las vacas en recuperación de una cirugía de DA, o que tienen un ácido graso subyacente, enfrentan desafíos adicionales significativos.
La autora es profesora emérita de la Universidad de Wisconsin.
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