Hace unos años, era una práctica común tratar a casi todas las vacas recién paridas con una botella de calcio intravenoso (IV) para prevenir fiebre de leche o hipocalcemia clínica. Jesse Goff, profesor emérito de la Universidad Estatal de Iowa, afirma haber administrado muchas botellas de calcio IV por esta razón. Ahora sabemos que esta práctica podría hacer más daño que bien, según explicó el conferencista durante el seminario en línea de Hoard’s Dairyman del mes de mayo.
Goff dijo que la aplicación de calcio IV eleva los niveles de calcio en sangre muy rápidamente. Entonces, se bloquea la producción de hormona paratiroidea y de 1,25 dihidroxivitamina D, ambas con un papel importante en la homeostasis del calcio y el retorno a la normalidad de los niveles en sangre.
Con el tratamiento de calcio IV no habrá problemas en las primeras 6 a 10 horas, pero una vez que el calcio IV se va, la vaca deberá pasar por un proceso metabólico que le permita restablecer dichas hormonas. Por lo tanto, el calcio IV posiblemente prevendrá la fiebre de leche en el día 1, pero si se revisan los niveles de calcio en sangre en los días 2 o 3, probablemente las vacas estarán peor que si no hubieran recibido calcio.
Ahora bien, ese es el caso para la hipocalcemia subclínica, no para los casos clínicos.
“Si una vaca presenta fiebre de leche clínica, definitivamente requiere calcio IV”, afirmó Goff. La atención debe ser inmediata. Explicó que mientras más tiempo pase la vaca caída, habrá más daño en músculos y nervios. “Las vacas no pueden estar echadas sobre un mismo lado más de tres o cuatro horas, de lo contrario, el flujo sanguíneo en la pata presionada se verá comprometido causando muerte tisular”, señaló.
También mencionó la idea de tratar vacas con calcio subcutáneo, con media botella en el parto y otra media 12 horas más tarde. Con este tratamiento, el proceso se hace más lento, evitando un pico alto de calcio en sangre. Sin embargo, la eficiencia de este método es discutible. Goff dijo que igualmente se inhibe la producción hormonal, “así que puede no estar ganando tanto como espera”, además, requiere inyectar a la vaca muchas veces.
Si bien estos métodos pueden no ser apropiados, los establos deben trabajar para minimizar la ocurrencia de hipocalcemia clínica y subclínica en el hato.
“Si se está cruzando de brazos, probablemente las vacas no lo están pasando bien”, dijo Goff. “Tenemos opciones. Haga algo. En este punto deberíamos estar tomando medidas para prevenir la hipocalcemia en estas vacas”.
Existen estrategias nutricionales para evitar la hipocalcemia. Esta presentación fue patrocinada por Boehringer Ingelheim Animal Health.
La autora es editora asociada senior de Hoard’s Dairyman.
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