Recientemente nació una becerra en el establo con una frente realmente grande, en forma de un domo. La becerra solamente sobrevivió durante algunos días. ¿Eso se considera “agua en el cerebro”? ¿Qué es y qué podría haber causado esa condición?
IOWA, K.A.
Las becerras que nacen con una frente alargada en forma de domo, como la de la fotografía, es muy probable que tengan hidrocefalia congénita o, menos común, hidranencefalia. Ambas condiciones son el resultado de una acumulación de una cantidad excesiva del líquido cefalorraquídeo (LCR) dentro de las cavidades del cerebro, que a menudo se denomina como “agua en el cerebro”.
El LCR es el fluido que baña el cerebro y la médula espinal. Se produce por células que ocupan una de las cavidades dentro del cerebro, y sirve como amortiguador, además de proporcionar nutrientes al sistema nervioso central.
En los casos de hidrocefalia, la acumulación de LCR genera un alargamiento secundario del cráneo y la reducción de masa cerebral debido a la creciente presión del líquido dentro del cráneo. El LCR se acumula dentro del cerebro cuando se produce en exceso, o bien si los vasos sanguíneos del cerebro y la médula espinal no lo absorben adecuadamente, o también cuando se presenta una obstrucción dentro del sistema nervioso central que impide el flujo normal del LCR.
En contraste, en la hidranencefalia, la destrucción o ausencia de la masa cerebral es el problema principal. El LCR se acumula como una consecuencia de la falta de ciertas partes del cerebro.
En general, la hidrocefalia se asocia con un alargamiento más grande o más pronunciado en la frente, en comparación con la hidranencefalia. Las becerras a menudo están débiles, deprimidas, incapaces de pararse bien, y pueden tener convulsiones. Generalmente, sólo viven por unos cuantos días, antes de sucumbir a la condición.
Agentes infecciosos, incluyendo el virus de diarrea viral bovina, de lengua azul, y especies del género Neospora han estado implicados en algunos casos. Las deficiencias nutricionales en vitamina A también se han considerado la causa para esta condición en algunas becerras. En otras situaciones, se ha establecido un factor genético. Sin embargo, la mayoría de las veces no se ha conseguido llegar, de forma definitiva, a la causa de esta condición. Cuando intente confirmar un diagnóstico, trabaje con su veterinario y un laboratorio especializado para recolectar y enviar muestras que le proporcionen resultados confiables.
La autora es profesora en la Universidad de Wisconsin.
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