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El edema puede complicarse

por Katelyn Allen


Si bien cada día tiene eventos impredecibles en un establo lechero, algunas cosas son de esperar. Debido a los cambios que experimenta el cuerpo de la vaca en el parto y durante el periodo de transición, una de las certezas al respecto, es la presencia de edema en la ubre.

El edema es una hinchazón no infecciosa de la ubre, presente en el periodo cercano e inmediato al parto, resultado del fluido linfático desplazándose por el cuerpo. Sin embargo, cuando el centro de la ubre trasera comienza a estar significativamente blando, y la hinchazón permanece semanas después del parto, puede convertirse en un problema preocupante.

En un seminario en línea de la Universidad Estatal de Michigan, Emma Morrison, de la Universidad de Guelph, describió varias investigaciones ha realizado al respecto. Su grupo de investigadores calificó la gravedad del edema en 1,300 vacas procedentes de tres establos, durante una semana antes del parto y las tres semanas posteriores. Morrison describió una escala de cuatro puntos que puede servir a los establos y otros profesionales que deseen evaluar la ocurrencia de este problema en sus hatos.

A continuación, relacionaron esas calificaciones con cetosis subclínica, retención placentaria, fiebre de leche, metritis, desplazamiento de abomaso y mastitis clínica.

El primer descubrimiento importante, a partir de estos datos, tipificó algo que los encargados saben bien, las vaquillas de primer parto son las más propensas a desarrollar edema. En el estudio, Morrison describió que el edema se manifestó en el 86% de los animales de primera lactancia. Mientras que solamente un 56% de las vacas de segunda lactancia lo tuvieron.

Entre las enfermedades analizadas, el edema pareció relacionado particularmente con la cetosis subclínica. “Las vacas con edema en la ubre tuvieron concentraciones más altas de beta hidroxibutirato en sangre en la segunda y tercera semana, por lo tanto, aumentó la ocurrencia de cetosis en la semana 2”, dijo la especialista.

Las vacas con un edema de mayor duración, también tuvieron mayor incidencia de mastitis clínica, añadió. Las otras enfermedades metabólicas estudiadas no mostraron ninguna relación con el edema.

Morrison describió otro efecto del edema que le pareció sorprendente. El grupo de investigadores descubrió que las vacas de primera lactancia con edema solamente antes del parto, tuvieron menor producción de leche en la primera pesada, en comparación con aquellas que solamente tuvieron edema después del parto, o en ambas ocasiones.

Existen todavía muchas preguntas acerca del edema que requieren ser investigadas. Sin embargo, con estos resultados queda clara la importancia de prevenir un edema excesivo al final de la lactancia en vaquillas. En un seminario previo, Cora Okkema de la Universidad Estatal de Michigan explicó que las dietas altas en sal podrían producir un edema más severo, recomendando suministrar una ración aniónica diferente para vacas y vaquillas próximas al parto.

El edema es una parte natural del proceso de parto, pero si se exacerba puede casuar problemas graves. Prevenir un edema excesivo mediante soluciones tópicas, puede acelerar la curación y evitar que una reacción común se convierta en un problema.

La autora es editora asociada de Hoard’s Dairyman.


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