La crianza de becerras busca promover el crecimiento y desarrollo intestinal a la vez que minimiza problemas de salud. Uno de los desafíos importantes para las becerras jóvenes es la diarrea, en conjunto con otros problemas digestivos. Los problemas digestivos a menudo inhiben la ingestión de iniciador, incluso después del evento y finalmente retrasan el desarrollo del rumen, en comparación con animales de la misma edad que permanecieron sanos.
El funcionamiento y salud gastrointestinal de una becerra es el producto de la intersección de tres cosas:
• Los nutrientes que la becerra consume.
• La microbiota en el tracto gastrointestinal.
• El tejido gastrointestinal de la becerra.
No todos los microbios son dañinos, y mantener un equilibrio saludable de las bacterias comensales o ‘buenas’, en el intestino ayuda a respaldar este sistema. Encontrar formas de ayudar a promover un balance entre estos tres aspectos finalmente producirá una becerra saludable.
Los probióticos son “alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos que mantienen o mejoran a las bacterias ‘buenas’ (microflora normal) en el cuerpo”, según la definición de Mayo Clinic. Un probiótico común que seguramente ha visto en los supermercados es el kéfir, una bebida láctea fermentada, muchas veces descrita como yogurt bebible. El kéfir contiene una gran cantidad de probióticos, incluyendo bacterias acido lácticas. Se ha demostrado que tiene propiedades antimicrobianas y ayuda a promover el funcionamiento y la microflora normal en el intestino. Aunque lo puede comprar en el supermercado, el kéfir es relativamente fácil y económico de preparar en el establo y se puede suministrar a las becerras en la leche o con el sustituto de leche.
Recientemente, en el Instituto Miner, se completó un proyecto subvencionado por el Programa de Desarrollo Agrícola del Norte de Nueva York que evaluó el efecto de suministrar kéfir una vez al día a las becerras en su etapa inicial (primeras tres semanas de vida). Elaboramos kéfir en el establo con leche entera según se iba necesitando y se les dio un cuarto de taza a las becerras una vez al día.
El resultado que más nos entusiasmó de este estudio no sucedió durante el periodo de suplementación, sino en la etapa cercana al destete. Las becerras que recibieron kéfir tuvieron una mayor ingestión de alimento iniciador durante el destete. Posiblemente, la suplementación con kéfir había mejorado el equilibrio de bacterias buenas en el intestino, ayudando a las becerras a comer más iniciador en el destete. Planeamos seguir con este trabajo para ver si se pueden mejorar más los beneficios de suministrar kéfir a las becerras y ampliar nuestra comprensión sobre cómo la suplementación con kéfir promueve la ingestión de iniciador y el desarrollo de la becerra.
La autora trabaja en el Instituto de Investigación Agrícola William H. Miner en Chazy, Nueva York.
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