Las fuentes alternativas de forraje pueden ser necesarias cuando hay disponibilidad limitada de otros ingredientes, sin embargo, estas situaciones también requieren la reformulación de la ración de vacas lecheras. Eso se debe a la importancia crítica de mantener un nivel apropiado de fibra en las dietas de vacas lecheras para una función ruminal normal.
Para optimizar el efecto de la fibra en la vaca, es vital comprender las características químicas y físicas de los ingredientes, así como su papel en la dieta. Los pelets de paja de avena podrían ser una fuente de forraje alternativo cuando no hay suficiente fibra detergente neutro (FDN) en la ración y hay poco espacio para forraje adicional, o nos preocupa incrementar el tamaño de partícula.
La paja de avena tiene menor calidad que los forrajes típicos como el maíz, alfalfa y ensilado de pasto. Como su nombre sugiere, este forraje se muele muy fino y se forman pelets, produciendo un ingrediente que tiene un tamaño de partícula pequeño o un factor de eficiencia física (fef) bajo, pero una concentración alta de FDN no degradable a las 240 horas de fermentación in vitro (FDNnd240). Tanto el aspecto físico como la FDNnd240 influyen en la capacidad de la vaca para una mayor ingestión de materia seca y producción de leche.
Recientemente, en el Instituto Miner realizamos una investigación que incluía paja de avena peletizada en dietas bajas en forraje suministradas a vacas lecheras. Incluimos la paja de avena a razón de un 10% de materia seca en la ración. Un aspecto a tener en cuenta cuando se suministra un ingrediente como la paja peletizada es la diferencia entre cómo mide el tamaño de partícula del ingrediente versus cómo está funcionando en la vaca. Como resultado del proceso de peletizado, la paja de avena tuvo un fef de 0.99 con base en la fracción retenida en la malla de 1.18 mm que, combinada con la fracción de FDN de la ración en esa malla, estimulará la actividad de masticado y la creación de un colchón ruminal.
Sin embargo, en nuestra investigación cuestionamos el tamaño de esos pelets cuando llegan al rumen, ya que las partículas finas se romperán fácilmente y tendrán un tamaño más pequeño. Para demostrar eso, sumergimos los pelets en agua y se desintegraron. Después de medir el tamaño de partícula de los pelets mojados, el fef fue de solamente 0.017 (solamente 1.7% de la muestra se quedó en la malla de 1.18 mm).
Si corregimos ese cambio en el tamaño físico del pelet una vez que el ingrediente llega al rumen, estaremos más cerca del valor real de la ingestión de materia seca de las vacas, utilizando el efecto combinado del fef y la FDNnd (esos dos valores representan la FDN físicamente efectiva). Es posible que la paja de avena peletizada no sea el ingrediente típico utilizado en la dieta de vacas lecheras. Sin embargo, es un ejemplo interesante de cómo los atributos físicos y químicos de una fuente forrajera pueden influir en la capacidad de la vaca para consumir una dieta en particular.
La autora está en el Instituto Miner.
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