La enfermedad que está en todas partes todos los días
por Katelyn Allen
Se ha investigado, reportado y escrito mucho sobre los desafíos de salud que enfrentan las vacas durante el periodo de transición. El cuerpo de la vaca pasa por un cambio tremendo durante el parto que puede dejarla vulnerable a las enfermedades y el estrés. Especialmente las vaquillas están en riesgo de una transición difícil, porque es su primera experiencia con estos cambios fisiológicos, así como con los nuevos factores de estrés como el ordeño y el manejo frecuente.
Un efecto del parto que a menudo afecta a las vaquillas, es el edema en la ubre. A pesar de no ser infecciosa, esa hinchazón puede ser dolorosa y hacer más difícil el ordeño en las primeras semanas de lactancia. El edema en la ubre es una enfermedad, dijo la veterinaria Dona Barski, y extremadamente común, a pesar de lo poco que realmente sabemos de ella.
“Para ser un problema que está en todos los hatos a donde voy”, dijo Barski durante un seminario en línea de la Universidad Estatal de Michigan, “hay muy poca información sobre por qué sucede y qué podemos hacer para prevenirlo”.
En general, el edema es más grave en animales de primera y segunda lactancia porque no han desarrollado toda la vasculatura necesaria para impulsar la sangre desde la ubre de vuelta a la circulación corporal. El edema se forma cuando hay un problema de suministro sanguíneo en el área, y el exceso de fluido no se puede intercambiar rápidamente.
Los avances genéticos en la capacidad de producción de leche implican que es necesario un mayor volumen de sangre bombeada hacia la ubre. Las vaquillas aún no tienen suficientemente desarrollada la vena de leche (la vena más prominente que colecta la sangre venosa de la ubre), por lo tanto, se puede producir un exceso de fluido en la ubre.
Además de que el ordeño se vuelve más difícil y estresante, la hinchazón puede causar problemas posteriores. Cora Okkema, educador extensionista, señaló que el edema es un factor de riesgo para mastitis clínica y se ha demostrado que reduce la producción diaria de leche. También hay interacción con otros desórdenes de la transición, incluyendo cetosis subclínica.
Esa conexión con otras enfermedades es muy preocupante, dijo Barski, considerando especialmente que las vacas altas productoras son más propensas tanto a problemas durante la transición como a padecer edema. También se debe considerar el bienestar, las vaquillas con una ubre hinchada y adolorida probablemente no se echarán o levantarán para comer o beber como normalmente deberían hacerlo. Sus dificultades para echarse de forma confortable, o la caída de la unidad durante el ordeño, pueden poner a estos animales en un mayor riesgo de mastitis, añadió Barski.
¿Qué podemos hacer?
Para combatir el edema en vacas recién paridas, muchos establos usan un bálsamo para la ubre. Los aceites esenciales en esos compuestos pueden irritar un poco la piel, y si bien no hay información científica de que eso ayude a estimular el flujo sanguíneo, el rubor observado en la piel y muchas evidencias anecdóticas, sugieren que funciona de esa forma. Algunos hatos más pequeños también podrían emplear técnicas de masaje o compresas de calor para aplicar presión en la ubre y desplazar el fluido.
Nutricionalmente, Okkema explicó que una dieta alta en sales puede empeorar el edema, así que aconsejó no dar a las vaquillas la misma ración de sales aniónicas suministrada a las vacas secas para prevenir fiebre de leche. “Es crucial proporcionar dietas diferentes a las vaquillas y a las vacas al final de la gestación”, dijo Okkema, quien estudió el edema de la ubre bajo la tutoría de Temple Grandin, para obtener su grado de maestría.
Todavía no se saben muchas cosas sobre el edema en la ubre, y deben desarrollarse investigaciones clave en esta área. Por el momento, las estrategias de alimentación y tratamientos tópicos son las prácticas más recomendadas para ayudar en este desafío que enfrentan las vacas más jóvenes cuando llegan al hato en ordeño.
La autora es editora asociada de Hoard’s Dairyman.
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