Cuando se administran medicamentos u hormonas reproductivas como parte de un protocolo de sincronización, es muy importante considerar la colocación del producto. Seguir las instrucciones de la etiqueta para saber dónde administrar la inyección, ayuda a que el producto funcione de forma más eficiente. También tiene un papel importante para la calidad de la carne, cuando el animal abandone, en el futuro, su carrera como vaca lechera.
En un reporte de la Universidad de Wisconsin,(https://dairy.extension.wisc.edu) los educadores Ryan Sterry, Sandy Stuttgen, Bill Halfman y Heather Schlesser recuerdan a los lectores los sitios correctos para inyectar. “Cuando sea posible, las inyecciones deben administrarse en los sitios de menor importancia económica para los cortes de carne”, escribieron los autores.
En el ganado, se debe evitar inyectar en los cuartos traseros. Los autores resaltaron las recomendaciones de la Beef Quality Assurance, que recomiendan la administración de productos dentro de un triángulo en el cuello del animal que va de adelante hacia el hombro y por encima de las vértebras, y debajo del ligamento nucal.
Cuando se indique en la etiqueta, también recomiendan utilizar inyecciones vía subcutánea (SC). Ese método reduce el riesgo de dañar los tejidos.
La selección del tamaño de aguja correcto, tanto en calibre como en longitud, ayuda a preservar la eficacia del producto y la calidad de la carne. Las orientaciones de Beef Quality Assurance señalan que, en el caso de inyecciones intramusculares, se utilicen agujas con un calibre de 16 a 18, y un largo de ¾ a 1 pulgada (1.9 cm a 2.5 cm). En el caso de inyecciones SC, la longitud recomendada es de ½ a ¾ de pulgada (1.2 cm a 1.9 cm). La aguja debe ser lo suficientemente larga para administrar el producto en el músculo con la profundidad suficiente, pero no demasiado larga porque hay un riesgo mayor de que pueda romperse dentro del animal.
También, señalaron que las agujas están diseñadas para un solo uso. Reutilizar agujas eleva la probabilidad de diseminar enfermedades. Además, es más fácil que se rompan cuando están dobladas.
Las agujas que desarrollan una rebaba en la punta tienen una mayor resistencia para atravesar la piel y pueden causar más daño en los tejidos.
Por supuesto, también se debe considerar la seguridad humana al administrar inyecciones. Los autores advirtieron que no se debe intentar administrar una inyección en el cuello del animal sin sujetarlo primero adecuadamente, ya sea con un cabezal o en un dispositivo de sujeción.
Las lesiones por pinchazo de aguja son otro riesgo al que se enfrentan los manipuladores de ganado. Los educadores compartieron tres pasos que se pueden tomar para prevenir ese tipo de lesiones: manejar las agujas con cuidado, sujetar adecuadamente al animal, así como utilizar el equipo y la técnica apropiados.
La autora es editora de Hoard’s Dairyman
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