Si pudiera reducir el uso de antibióticos a menos de la mitad, sin afectar la salud de su hato ¿lo haría?
Probablemente está asintiendo mientras piensa que es demasiado bueno para ser verdad. Pero ese fue el mensaje de Daryl Nydam compartido en una presentación de la Universidad de Cornell sobre las vacas en el periodo de transición, tocando el tema de la terapia selectiva para vacas secas.
Nydam es veterinario con los Servicios de Calidad de la Leche de la Universidad de Cornell. Él piensa que, si tenemos el establo correcto para la terapia selectiva de vacas secas, el momento de reducir el uso de antibióticos es ahora. No solamente porque es favorable a los ojos del consumidor, sino también porque permite a la industria dirigir sus acciones en el uso de fármacos en lugar de esperar a ser obligados. Hay beneficios prácticos para el establo además de que se invierte menos dinero y mano de obra en los tratamientos.
Menos de la mitad necesitaban tratamiento
En un estudio sobre cómo identificar rápida, fácil y eficientemente a las vacas aptas para la terapia selectiva, Nydam y sus colegas de todo Estados Unidos dividieron aleatoriamente 1,300 vacas en tres grupos de tratamiento, el primero recibió un tratamiento indiscriminado para vacas secas. En el segundo, se identificaron las vacas con base en cultivos de leche, y solamente los cuartos que mostraron crecimiento bacteriano recibieron tratamiento, al resto se le administró un sellador. En el tercer grupo, se aplicó un algoritmo que encontró a las vacas necesitadas de tratamiento, cuando tenían una cuenta de células somáticas (CCS) de por lo menos 200,000 células por mililitro (céls/ml), un evento de mastitis clínica dentro de los primeros 14 días del periodo seco, o dos o más casos de mastitis clínica en la lactancia previa.
En los grupos de cultivo y algoritmo, solamente cerca del 45% de los cuartos necesitaron tratamiento. Eso significa una reducción en el uso de antibióticos del 55%, señaló Nydam.
Al mismo tiempo, las probabilidades de curación para las vacas que tuvieron una infección en el secado, fue similar para los tres grupos, continuó. Eso también fue cierto para infecciones desarrolladas en la lactancia subsecuente, y la ocurrencia de infecciones en la ubre después del parto fue comparable entre todas las vacas.
En un estudio previo similar, Nydam explicó que no encontró diferencias en producción de leche entre las vacas tratadas y las que solamente recibieron un sellador de pezones al secado. Tampoco hubo diferencias significativas entre los grupos para las probabilidades de desecho por mastitis.
El ambiente correcto
Cambiar a un programa de terapia selectiva de vacas secas no es una decisión que se pueda tomar a la ligera, y requiere el ambiente correcto en el establo para poder hacerlo de forma eficiente con el tipo de resultados que Nydam compartió. Después de todo, el tratamiento indiscriminado sirve para el propósito que se introdujo a finales de la década de los 60: tratar infecciones subclínicas y prevenir nuevas.
“Este tratamiento indiscriminado era correcto en aquel momento porque la vaca está muy propensa a adquirir un patógeno nuevo”, dijo Nydam, compartiendo estudios de 1985 que mostraban solamente un 45% de los cuartos libres de infecciones bacterianas.
Hoy día, ese número parece estar entre 75 y 90%, continuó. Además, los establos ahora tienen un control mucho mejor de las infecciones de Staphylococcus aureus, menos CCS en el tanque de leche, y pueden usar sellador de pezones, que reducen las infecciones intramamarias en un 25%.
Los investigadores también evaluaron las implicaciones económicas de solamente tratar a las vacas en riesgo, y encontraron que, en promedio, cambiar a una terapia selectiva ahorraba 7.85 dólares por vaca. Desarrollaron una herramienta para evaluar ese costo en cualquier establo. Puede encontrarla en este enlace:
https://bit.ly/3EVdeq7
Con todo esto en mente, Nydam compartió su lista de parámetros obligatorios para el hato que busque cambiarse a terapia selectiva al secado:
• CCS en tanque de leche regularmente por debajo de 250,000 céls/ml.
• Detección rutinaria y registro de casos de mastitis clínica.
• Monitoreo de casos de mastitis clínica y subclínica.
• Ausencia de infecciones por Streptococcus agalactiae, y control de infecciones de Staph. aureus.
• Uso regular de sellador de pezones aplicado correctamente.
• Uso de listas sistemáticas de secado.
• Pruebas de control de producción de leche regulares.
• Relación buena entre veterinario-cliente-paciente.
• Capacidad de implementar nuevas estrategias de manejo.
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