Boletín Hoard's Dairyman en español


Las becerras nacidas de partos distócicos necesitan más de nuestro manejo diario

Hacer que la becerra respire es lo más importante, pero tratar la hipoxia inducida por la acidosis es también importante para poner a las becerras en el camino al éxito.


por Nathan Upah


Si usted está criando becerras, lo más probable es que ya haya tratado las distocias – aún cuando no las conozca por ese nombre, en términos simples la distocia es la dificultad al parto. Las madres que tienen distocia tienen un mayor riesgo de retención placentaria, metritis y un número mayor de días abiertos, en comparación con vacas que paren sin ayuda. Se ha encontrado que las becerras nacidas que requirieron asistencia al parto, tienen riesgo significativo de diarrea, enfermedades respiratorias y mortalidad en los primeros 120 días de vida.

Una de las razones subyacentes para estos riesgos crecientes de enfermedades durante la lactancia, es probablemente la hipoxia – una falta de oxígeno. Los síntomas de los neonatos hipóxicos, incluyen debilidad, ausencia del reflejo de amamantamiento, dificultad para mantener la postura esternal y requieren más tiempo para pararse. Una vez que la becerra está respirando, la presunción común es que la becerra es ahora equivalente a sus contemporáneas que parieron sin complicaciones. Esto no podía estar más alejado de la verdad.

Durante un parto normal, la becerra saldrá por la vulva con aproximadamente 80% de saturación de oxígeno y avanzará rápidamente a 98 o 100% de oxígeno. La becerra distócica tendrá, por definición, una mayor cantidad de tiempo entre la pérdida de sangre materna y la respiración exitosa. Esto causa que los niveles de oxígeno caigan. Este tiempo hace que la becerra caiga en una fase de metabolismo anaeróbico, causando la acumulación de ácido láctico. El ácido láctico provoca que el pH de la sangre cambie.

Las becerras distócicas requieren tiempos más largos para oxigenar completamente su sangre, debido al déficit creado por la ruptura del abastecimiento de sangre materna y la respiración exitosa. Es más, las becerras que disminuyen sus niveles de oxígeno tienen menos capacidad de absorber anticuerpos calostrales, aumentando la falla en la transferencia de inmunidad materna. Esto contradice las prácticas observadas frecuentemente en los establos. A las becerras que se ven débiles y letárgicas, les dan calostro rápidamente después de nacimiento en un esfuerzo por reanimarlas. Podría deducirse también que la absorción del calostro puede mejorarse ligeramente retrasando la administración de calostro, permitiendo a la becerra distócica más tiempo para oxigenarse.

Las becerras que sobreviven a la distocia necesitan ser tratadas sabiendo que pasaron por un reto metabólico grande. Esas becerras necesitan más de nuestro manejo cotidiano, para permitirles dejar de ser una estadística de morbilidad y mortalidad. Hacer que la becerra respire es lo más importante, pero tratar la hipoxia inducida por la acidosis es también importante para poner a las becerras en el camino al éxito.

El autor está en TechMix, en el departamento técnico de rumiantes. Este artículo se tradujo del boletín Heifers Notes del primer trimestre de 2020.



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